Este es un blog para principiant@s

miércoles, 27 de enero de 2021

EL FISCHER (TARUGO) SE SALE DE LA PARED!!!

El problema

Al colocar en las paredes tarugos de nylon (tipo Fischer) para fijar, mediante tornillos, algún elemento (desde cuadros hasta estantes) puede pasar que el tarugo entre “flojo” en el agujero que perforamos. Esto ya se va notando cuando la mecha de widia entra demasiado fácil en la pared. Es un indicio claro de que el tornillo no va a “abrir” al tarugo lo suficiente como para conseguir un anclaje correcto.

Esta situación se da, generalmente, en paredes antiguas en las que los ladrillos eran colocados con mezcla pobres en cemento portland, a la vez que los ladrillos podrían ser poco cocidos. O en paredes más recientes en las que acertamos a perforar en algún punto poco compacto de la mezcla, o en alguna zona del ladrillo debilitada. También podría tratarse de tarugos antiguos que no estén cumpliendo bien su función, y que necesiten ser corregidos.


La solución

Entonces, tenemos que el agujero que perforamos, por algún motivo, quedó demasiado grande y al colocar el tornillo en el tarugo Fischer, y querer apretarlo, este comienza a girar. En paredes antiguas el giro del tarugo puede, inclusive, agrandar todavía más la perforación. En estos casos la solución práctica e inmediata es envolver el tarugo Fischer en una tira de tela fina, como de sábana o de pañuelo, y volver a colocarlo en la perforación. De esta manera cuando se comience a girar el tornillo la tela va a ir envolviendo al tarugo, enredándose, generando un “nudo” y, finalmente, rellenando los espacios libres para trabar al tarugo en una posición fija.

 

Es esta una solución tan vieja como los tarugos de nylon pero, generalmente, efectiva. Simplemente, cada vez que vayamos a hacer un trabajo de colocación de tarugo tipo Fischer tengamos siempre a mano un trozo de tela fina de algodón. A veces un agujero que queda grande se puede reemplazar por otro, en otra posición. Pero muchas otras veces la posición es una sola y conviene tener un recurso de emergencia a mano. Recordemos que un tarugo Fischer que no quede bien colocado, y apretado, es candidato a aflojarse. Y, con el tiempo, darnos un susto. Por lo menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario