Introducción
La condición de la base es
un aspecto muy importante a tener en cuenta a la hora de colocar cerámicos en
paredes. El resultado final del trabajo dependerá, en buena parte, de las
condiciones en que se encuentre la superficie de las paredes a revestir. De ninguna
manera se va a poder corregir una base deficiente con pegamento y una
colocación habilidosa, al menos sin que insuma una gran cantidad de tiempo y
materiales.
Es muy
probable que el resultado final del trabajo copie los defectos de la base por lo que, en el caso de paredes
nuevas, es muy conveniente que el colocador del revestimiento participe de la
construcción del revoque grueso, ya sea haciéndolo personalmente o, al menos,
supervisándolo. En el caso de paredes con revoques ya existentes hay que
revisar perfectamente las condiciones de las bases, corregirlas cuando se pueda o,
de ser muy graves los defectos, picarlas y rehacerlas adecuadamente.
Condiciones que debe cumplir una pared para una correcta colocación de cerámicos
Dejando de lado los problemas de falta de escuadra entre paredes, generalmente debidas a errores
de replanteo en las primeras etapas de una obra, las bases o superficies a revestir
deberán cumplir con las siguientes condiciones:
Que estén a plomo
La condición
más importante que deberán cumplir las paredes que van a ser terminadas con
cualquier revestimiento, pero sobre todo con cerámicas, es que estén perfectamente “a plomo”. Esto es, perfectamente verticales en todas sus
superficies. Al ser las piezas cerámicas todas tan iguales entre sí, las juntas resultantes
generan líneas perfectamente horizontales y perfectamente verticales. Si en un
encuentro entre paredes una de ellas estuviera fuera de plomo va a generar, en
la otra, la necesidad de colocar cortes de terminación desiguales, normalmente de mayor a menor. Es un defecto inaceptable en el
revestimiento de un baño, aún cuando lo haya realizado alguien con no demasiada experiencia en este tipo de trabajos. De ahí la importancia de verificar la
verticalidad de las paredes, sobre todo en los encuentros, para que no
aparezcan errores como los que se muestran en la foto.
Si
hubiera una falta de plomo en la parte media de una pared, y no fuera muy
significativa, a veces se la puede disimular durante la colocación ensanchando
ligeramente las juntas verticales. Apenas se coloquen las cerámicas el detalle
va a ser más evidente, pero una vez empastinadas la diferencia se disimula.
Que sea plana
Otra condición
necesaria para una buena colocación es que la pared esté suficientemente plana.
Este quiere decir que si le apoyamos una regla bien derecha, o si tensamos un
hilo y lo acercamos a la pared, no aparezcan zonas hundidas (más de 3 o 4 milímetros),
o puntos salientes. Si fuera necesario habrá que rellenar con material, o picar
y rebajar, según sea el caso, las zonas más afectadas. En cualquier caso es un
trabajo más rápido y sencillo que el corregir una pared fuera de plomo.
Que esté firme y seca
Es necesario
que las paredes sean firmes, no tengan partes flojas que se puedan desprender. Se dice que
cuando el pegamento para cerámicas va secando “arranca” las partes flojas
haciendo así que las cerámicas se aflojen y despeguen. El defecto hay que
corregirlo retirando las partes flojas y haciendo los parches correspondientes con
material nuevo.
Tampoco
se deberán colocar cerámicas sobre bases húmedas si no se conocen las causas
del problema. Si es un cuestión ocasional que va a ir desapareciendo, o si es un
problema serio que haya que solucionar antes de la colocación.
Recapitulando
- Las paredes a revestir deben estar en buenas condiciones para que los
defectos no se trasladen al resultado final del trabajo;
- Deberá estar perfectamente verticales (a plomo) para que no aparezcan
cortes desiguales en los encuentros;
- Deberán ser planas, sin partes hundidas ni puntas que sobresalgan;
- Deberán estar limpias y firmes para que no se produzcan desprendimientos que aflojen las piezas cerámicas;
- De ser necesario habrá que corregir los defectos de la base antes de
la colocación.
