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lunes, 29 de julio de 2019

JUNTAS DE DILATACIÓN EN PISOS


Necesidad de juntas de dilatación en los pisos


Todos los materiales de construcción, en mayor o menor grado, se dilatan o contraen por efecto de las diferentes cambios de temperaturas a las que están expuestos. Para que esos movimientos no afecten la resistencia y el buen funcionamiento de las distintas partes de las obras se toman precauciones que, en el caso de los pisos que se construyen en el exterior, afectados directamente por el sol, consisten en darles un cierto espacio para que puedan moverse sin mayores consecuencias.

Si esos movimientos no se controlaran podrían despegar, y hasta romper, los materiales con los que se revisten los pisos, y, a su vez, permitir el paso del agua hacia las capas inferiores del piso, con consecuencias particularmente serias si se tratara de un piso alto, porque podría permitir la filtración hacia las estructuras (losas de hormigón armado) y hacia el interior de los ambientes, deteriorando lo que hubiera en ellos.

Cómo se hacían las juntas de dilatación


En general, históricamente, se dejaba un espacio libre entre paños de pisos y después se lo rellenaba con algún material elástico que lo sellara e impidiera el paso de la humedad. Ese material podría ser algún producto asfáltico colocado en caliente, o alguna junta (también asfáltica) de origen comercial y preconformada, calzada en frío en la junta que se dejaba para ese fin. Estas podían ser soluciones efectivas, y se siguen usando, pero no eran muy estéticas si se colocaban en ambientes muy cuidados.

Juntas de dilatación actuales


Hoy se dispone de juntas de dilatación elaboradas industrialmente, que, aunque sean de distintos tipos y marcas, responden, básicamente, al esquema que se representa en la figura 1.

Figura 1

Se componen de dos perfiles de aluminio independientes entre sí, en los que se calzan las piezas de cerámica, lo que les permite moverse desplazarse junto con el piso cuando el calor los afecta. Entre ellos hay un burlete flexible, de material sintético, que se comprime si hace falta, y a la vez que va impidiendo el paso del agua. Como esos burletes se van desgastando con el uso y con el correr del tiempo, existe la posibilidad de comprarlos como repuesto para cambiarlos cuando haga falta.

Cada cuánto colocar juntas de dilatación


Las juntas de dilatación deben ser colocadas en pisos de dimensiones más o menos importantes, recomendándose que no queden juntas de dilatación cada más de 4.00 metros, en todas las direcciones. De esto surgiría  que el paño mínimo de piso entre juntas debería ser de 4 metros por 4 metros, o sea de 16 m2. Lógicamente no debe tomarse esa indicación al pie de la letra, debiéndose estudiar la cantidad y la ubicación de las juntas de dilatación para cada caso particular.

Para que las juntas de dilatación sean efectivas deben realizarse en el material de revestimiento, como también en la carpeta sobre la que se lo colocó y en el contrapiso sobre el que está apoyado. Esto representa una cierta dificultad porque necesitaría que, ya en la etapa de construcción de las capas que componen el piso, se definiera dónde deberían hacerse las juntas de dilatación. Por diferentes motivos esto no siempre es posible. Pero se puede optar por construir el contrapiso y la carpeta, y recién antes de colocar el piso, hacer cortes, con herramientas adecuadas, extrayendo el material para generar las juntas de dilatación. A la manera de lo que se hace cuando se construyen pavimentos de hormigón en las calles.



CÓMO HACER UN REVOQUE GRUESO (IV), LOS PAÑOS


Proporciones de la mezcla para revoque grueso


Las proporción final de las mezclas suele depende, muchas veces, de la calidad de las arenas usadas en cada región, y de la calidad de los aglomerantes (cementos y cales). También del uso que se le va a dar al revoque e, inclusive, al gusto o costumbre de los albañiles.

Si sos un, o una, principiante en esto de revocar sería bueno que consultaras con quienes trabajan en tu región sobre las proporciones de las mezclas recomendadas, según los materiales que hay disponibles. Sin embargo, podemos decir que, para una arena de buena calidad, limpia y sin restos de materiales orgánicos, una proporción normal sería:

  •          De 3 a 4 partes de arena, dependiendo de lo gruesa o fina que sea
  •          1 parte de cal común
  •          De ¼ a ½ partes de cemento, dependiendo si es revoque interior o exterior
  •          Agua  limpia, en la cantidad necesaria


      Cómo hacer un revoque grueso


Para cargar un paño de revoque grueso entre fajas del mismo material hay que empezar por mojar la pared (ladrillos y fajas), en forma abundante si es una pared nueva, o muy poco si se tratara de paredes construidas hace un tiempo, que suelen hacerse más impermeables. Si las mojás demasiado el revoque no te va  a quedar pegado, y/o va a tardar en empezar a “tirar”, o sea a secar y endurecer, estirando los tiempos de trabajo.

Si en la pared hubiera encuentros de ladrillos con hormigón es necesario cubrir esas zonas con metal desplegado y concreto, para evitar rajaduras. Lo mismo que si hubiera canaletas y caños embutidos de diámetros importantes (de más de 2 ½ pulgadas, o 6 cm).

La carga del revoque grueso se debe hacer en capas de un espesor tal que cada capa pueda “tirar” bien antes de colocar la siguiente. Esto se puede hacer difícil en días fríos y con humedad ambiente elevada.  A veces, inclusive, se prefiere cargar una parte un día y esperar al siguiente para terminar el trabajo. Apurarse a cargar una pared puede hacer que el revoque grueso se recargue de humedad y termine despegándose, y cayendo. Y habrá que empezar el trabajo de nuevo, con la complicación de que ahora los ladrillos van a estar más húmedos, van a absorber menos, y el material va a “tirar” más tarde. 

A pesar de que mucha gente con experiencia recomiende comenzar a cargar el revoque sobre la pared desde arriba hacia abajo, para quien recién empieza es mejor empezar a practicar cargando desde abajo, para tener siempre un borde de material en que apoyar cada cucharada de mezcla que se coloque.

La mezcla que prepares cargala en un balde y desde ahí la vas a aplicar con la cuchara de albañil sobre la pared. Cuanta menos práctica tengas menos cantidad de mezcla conviene que cargues con la cuchara. Cuchara que, además, tendrá que estar en buenas condiciones, sin óxido ni restos de materiales endurecidos, para que la mezcla se deslice sobre ella con facilidad.

Cómo empezar a revocar si no se tiene experiencia


Si estás haciendo tu primer revoque grueso, y ya hiciste las fajas, hay algunas otras recomendaciones más que podemos agregar:

  • Cargá un poca mezcla con una cuchara limpia de material, colocándola sobre un borde y un poco hacia adelante, como se muestra en la figura 1

figura 1
  • Con la muñeca floja llevá el brazo hacia la pared con un movimiento suave y, a último momento, terminalo con un giro más rápido de la muñeca de abajo hacia arriba, para que la mezcla salga proyectada hacia la pared.


  • De esa manera vas a ir cubriendo, siempre cargando poco la cuchara, franjas horizontales de material hasta cubrir el paño que quieras trabajar. Ver figura 2. Con la práctica que vayas adquiriendo vas a poder trabajar con cucharadas más cargadas.


figura 2

  • Una vez cubierta la zona pasá la regla por las fajas deslizándola  de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, mientras vas subiendo de a poco, tal como se muestra en la figura 3. De esa manera vas a ir cortando (retirando) el material que pueda sobresalir del plano de las fajas. Hacelo aunque estés cargando la primera capa porque siempre puede haber alguna zona que cargue poco, y te sobre material, y si no lo sacás en ese momento se va a empezar a secar, y te va a ser más difícil cortarlo en la siguiente capa.


figura 3

  • Así andá cargando capas finas de mezcla, y pasando la regla hasta que te quede más de la mitad de la superficie con marcas de la regla, es decir, ya al mismo nivel de las fajas.


  • Para las zonas que todavía queden bajas con respecto a las fajas, ablandá un poco de material y andá rellenando con él, ayudándote con la regla, o si te resulta más cómodo, con un fratacho. No buscamos que quede una superficie demasiado lisa. Simplemente, ni tiene que sobresalir material de las fajas, ni tienen que quedar zonas en las que falte. Muchos albañiles profesionales prefieren hacer el revoque grueso sólo cortándolo con la regla (para hacer más rápido), pero, para quien recién se inicia, puede ser más cómodo ayudarse con un fratacho en la parte final del trabajo.


  • En las partes más difíciles (en los encuentros de paredes, en el encuentro de pared con cielorraso, o contra las carpinterías, es preferible usar la cuchara con muy poco material en la punta, y aprender a lanzarlo sólo con un movimiento de muñeca, lo que a veces se hace, inclusive, por sobre la cabeza (esto último, para más adelante!!!)




jueves, 25 de julio de 2019

¿POR QUÉ CORTAR EL VIVO DE UN ARTEFACTO?


¿Por qué cortar la fase, o “vivo", en la alimentación de una luminaria?

"¿No es lo mismo?"

La pregunta se refiere a la conveniencia, o más vale, a la necesidad, de colocar la llave  que comanda un artefacto de iluminación sobre el cable de alimentación de fase o “vivo”. Sabemos que las llaves interruptoras que se usan en instalaciones domiciliarias son  unipolares. Esto quiere decir que con ellas podemos cortar solamente uno de los cables que alimentan a los artefactos de luz.

En realidad, cortar el vivo o cortar el neutro produce, aparentemente, el mismo efecto. Se va a conseguir lo que se busca, esto es  apagar la luz . Si no fuéramos a manipular nunca más el artefacto podría dar lo mismo cual cable se corte. Pero todas las lámparas tienen una cierta vida útil y, por lo tanto, cada cierto tiempo hay que cambiarlas.

Es en esos momentos cuando es más importante que la llave de corte esté ubicada sobre el cable de fase o vivo. Si efectivamente fuera así, tendríamos la seguridad de que si “apagamos” el artefacto, antes de manipularlo, no le estará llegando corriente.

Pero los portalámparas tienen, en su parte interior, dos contactos o terminales hasta los que llegan los dos cables de la instalación, el vivo y el neutro. Y si la llave estuviera colocada sobre el cable neutro estaríamos frente a una situación peligrosa. Uno de los contactos en el portalámparas estaría siempre conectado al cable vivo, y si, accidentalmente, metiéramos en él un dedo, o alguna herramienta metálica, podríamos sufrir una descarga eléctrica.

Y una situación todavía más peligrosa se daría si el vivo del artefacto se pusiera, por algún defecto de la instalación, en contacto con alguna de sus partes metálicas. En ese caso, al querer manipular el aparato, aunque la llave estuviera apagada, podrías sufrir una descarga eléctrica con sólo tocar cualquier parte metálica.

La importancia de cortar el cable de fase o “vivo”


Por todo lo dicho con anterioridad es muy importante que, para prevenir accidentes, te acostumbres a colocarlas llaves de luz sobre el cable vivo, para que cuando vos mismo, o alguien más, necesite trabajar sobre los artefactos de iluminación no haya peligros escondidos. Hay quienes llaman a esto una instalación eléctrica bien polarizada.

Por supuesto que todo lo analizado hasta acá tendría mucha menos importancia si se trabajara, siempre, en una instalación eléctrica, después de haber cortado la corriente desde el tablero correspondiente. Lo que sucede es que, a veces y por diferentes motivos, es complicado dejar a oscuras todo un sector para un simple cambio de lámpara. De tener la necesidad que trabajar así es imprescindible verificar, con un buen buscapolos, que no haya algún peligro oculto en el aparato.



Aún así hay otros riesgos


Ninguna precaución está de más porque, aunque tuviésemos la seguridad de que la instalación hubiese sido hecha correctamente y que en todos los artefactos las llaves corten el vivo, podría suceder que alguien, accidentalmente, hubiera invertido la polaridad. Obviamente, no lo va a hacer la empresa distribuidora de energía eléctrica pero podría ocurrir que alguna persona, trabajando sobre el tablero principal, sin querer, cambiara vivo por neutro y, entonces, no uno sino todos los artefactos de iluminación pasarían a tener la polaridad cambiada, con los riesgos para la seguridad que se describieron aquí. Por eso hay que verificar siempre; dos veces si hace falta.


lunes, 22 de julio de 2019

CÓMO HACER UN REVOQUE GRUESO (III), LAS FAJAS


La importancia de las fajas en el revoque grueso



Una vez analizada la pared, y colocados los hilos que representan al futuro revoque grueso, se hace necesario algún método de trabajo que nos asegure que el material colocado sobre la pared quede plano, y a nivel con los hilos del replanteo.


La manera de hacerlo es cargar la mezcla y aplanarla, sacando el sobrante con una regla. A esto se lo llama “cortar” el material. Pero para poder cortar el material, y que quede como dijimos más arriba, la regla tiene que correr sobre alguna guía que coincida con los hilos colocados. En realidad son dos las guías que se usan, y son lo que denominamos “fajas”. Ver figura 1 a.

 En general las fajas se hacen del mismo material con el que se va a revocar, aunque no habría problema en que fueran de un material diferente, siempre y cuando se las retire al terminar el trabajo. Un elemento bastante usado para esto es el caño de luz, de acero, de ¾” o 19 mm, fijado con cucharadas de concreto. Pero es útil sólo para revoques de más de 2 cm, y de un espesor más o menos parejo. La faja de material nos permite hacerla de 1 cm en un lado, o de 2 ó 3 cm en otro, sin problemas. El caño de luz, al ser rígido, no lo permitiría. Por eso en revoques gruesos no se los usa tanto como en carpetas de piso, dónde los espesores son mayores y hay más espacio para colocarlos.

Las fajas de material tienen que endurecer para que el trabajo con la regla no las desgaste, por eso se las suele dejar fraguar de un día para el otro. Una faja desgastada por el deslizamiento apresurado de la regla va a dar revoques gruesos imperfectos.

Cómo preparamos las fajas


Así como para hacer el revoque grueso necesitamos guías sobre las que hacer correr la regla, también para hacer una faja necesitamos alguna guía para que nos quede de acuerdo a los hilos que colocamos. Esas guías son lo que en la obra se denominan “bulines”, y son puntos fijos sobre los que deslizar la regla para cortar las fajas. Se los prepara amurando una plaquita de algún material duro, que no se desgaste fácilmente, fijadas con el mismo material del revoque al nivel de los hilos que usamos para replantear el revoque grueso.

Resumiendo lo dicho hasta acá, para poder hacer un revoque grueso, y que su cara o filo quede en la posición que nosotros decidimos, tenés que:

  1. Colocar hilos, perfectamente alineados y aplomados, que represente la cara terminada de ese revoque grueso que se va a hacer. Ese trabajo se muestra acá
  2. Amurar bulines, tomando como referencia los hilos, con el mismo material del revoque
  3. Cargar, cortar y fratachar las fajas, usando como referencia los bulines para deslizar la regla



Cómo se amuran los bulines


El primer paso para amura los bulines es decidir dónde queremos ubicar las fajas. De esto va a depender el tamaño de cada paño de revoque grueso que vayas a hacer, y es algo que también depende de las medidas de la pared. Se suele recomendar alguna medida fija cómo ideal para la separación entre fajas: 1,20 m ó 1,30 m ó menos de 1,50 metros, etc. Si recién estás empezando en este tipo de trabajo te convendría: primero, no hacer fajas muy anchas, como para que te sea más fácil practicar (de 1 metro de ancho, p. ej. aunque por eso tengas que hacer alguna faja de más) y segundo, y más importante, ver qué regla podés conseguir para así poder hacer las fajas de acuerdo a la regla que tengas. Las reglas tienen que estar derechas, en buen estado, porque de eso va a depender la calidad del revoque grueso. Pueden ser de madera (dura), de perfil de aluminio, o caño estructural de hierro, pero tiene que estar en buenas condiciones. Y no siempre son fáciles de conseguir. Así que primero la regla y después vemos la separación entre fajas.

Como la regla tiene que deslizarse hacia uno y otro lado, mientras la llevamos hacia arriba cortando la mezcla, tiene que quedar un cierto espacio a los costados de las fajas para que la regla no golpee contra algo. Por eso conviene colocar dos fajas a 25 o 30 centímetros de cada extremo de la pared, y dividir la superficie de la pared que queda en paños que puedas cortar con la regla que hayas conseguido. Tenés que tener en cuenta que tu regla tiene que ser 30 o 40 centímetros más larga que la separación entre fajas, para que al deslizarlas sobre las fajas, hacia uno y otro lado, no se “caiga” de ellas. Ver figura 2.


Figura 2


Habiendo decidido dónde van a ir las fajas vas a colocar los bulines, alineados según el hilo de la parte de arriba de la pared, pegados con una cucharada de mezcla de revoque. Los bulines pueden ser pedazos de azulejo o cerámica, de madera de poco espesor y dura, para que no la afecte la humedad, o de restos de ladrillos hueco, a los que podrías raspar sobre alguna superficie de hormigón, o concreto, para emparejarlos, si hiciera falta.
Una vez colocados los bulines  según el hilo de arriba, vas a colocar de la misma manera los de abajo, usando,además, la plomada para verificar que estén alineados con los de arriba. A veces los hilos se pueden mover, llevándonos a un error. ver figura 1 b.

Cómo se llenan las fajas


Colocados los bulines, y una vez que estén firmes, se comienza a cargar las fajas con el material del revoque grueso. La característica más notable del revoque grueso en general es su gran espesor, comparado con las otras capas de terminación de paredes. Ese espesor importante hace que el endurecimiento, o “fragüe”, del material necesite de un cierto tiempo. Si no se respeta ese tiempo la mezcla se va sobrecargando de humedad, y termina desprendiéndose y cayendo. Esto pasa, sobre todo, en días de mucha humedad en el aire, y, más todavía si la pared es de ladrillos huecos.

Por eso conviene ir cargando las fajas con capas más o menos finas, dándoles tiempo para que vaya “tirando”, esto es comenzar a secar y fraguar, antes de cargar la siguiente capa. Es por eso que conviene ir trabajando en varias fajas al mismo tiempo. Ir cargándolas con capas, una a una, avanzando en todas hasta la anteúltima capa, para sólo después terminarlas individualmente. De manera que, además, si te faltara tiempo para terminar alguna, la pudieras terminar rápidamente cuando vuelvas a trabajar.

Para hacer las fajas se va cargando la mezcla, en las primeras capas, con la cuchara, aplastándola bien para que quede pegada a la pared. Y sólo en las últimas se va “regleando”, o sea cortando lo que sobra, deslizando la regla hacia arriba y abajo sobre los bulines, a la vez que se va avanzando lentamente hacia alguno de los lados, derecha o izquierda, según sea más cómodo.

Cuando ya la superficie de la faja está bastante pareja, la última capa se va terminando con el fratacho, cuidando que no queden puntos bajos ni salientes que sobresalgan, donde la regla se pueda trabar al hacer el revoque. Una vez que las fajas estén suficientemente duras se puede empezar a revocar.

Aquí hay más información sobre revoques gruesos

 


jueves, 18 de julio de 2019

CÓMO HACER UN REVOQUE GRUESO (II), NIVELACIÓN


¿Qué es nivelar una pared?


Las paredes construidas con mampostería (de ladrillos, de bloques, etc.) pueden presentar irregularidades de distinto tipo. Tanto por imperfecciones de los mismos mampuestos (de ahí lo de mampostería), como por deficiencias en la colocación. Cualquiera sea el motivo, las paredes de mampostería presentan, siempre, una de sus caras algo, o bastante, irregular. 

La función del revoque grueso es disimular esas imperfecciones. Si son menores se puede hacer el revoque inmediatamente. Si fueran más importantes se debería hacer un trabajo de emparejamiento previo al revoque en sí mismo.

¿Cómo emparejamos una pared?


Para eso puede ser necesario:
  •          Cortar y picar restos de material que hayan quedado adheridos
  •          Rellenar algunas áreas bajas, con material (mezcla)
  •          “Enchapar” algún sector de la pared. Esto es rellenar alguna zona de la pared (que cargaría demasiado material fresco) con plaquitas de algún material apropiado, como restos de cerámica, o de ladrillos huecos, fijadas con concreto o con el mismo material de revoque. De esa manera se puede avanzar más rápido que si se tuviera que respetar los tiempos de secado de la mezcla fresca.
Todo esto se ve en la Figura 1.



Para decidir si tenés que hacer alguno de estos trabajos previos vas a tener que:
  1.         Limpiar la pared de restos del material que se usó para la colocación de los ladrillos
  2.         Hacer un estudio o análisis de las condiciones de la pared


Limpieza


Dentro de la limpieza incluimos el picado del material que haya quedado sobresaliendo innecesariamente, en especial juntas que no se limpiaron oportunamente, o restos del amurado de alguna instalación, etc. También el cepillado de la pared para eliminar todo resto de polvillo suelto. Y en paredes que ya lleven un tiempo de estar levantadas es conveniente que les apliques cloro, para eliminar los restos orgánicos que se pudieran haber formado con el tiempo, en especial en las caras a las que el sol no llega en ningún momento. El musgo, los hongos, etc. no permiten que el revoque se pegue adecuadamente.


Estudio o análisis


Para el análisis del estado de la pared (de su forma o geometría) vas a necesitar un martillo y clavos de, al menos, 10 centímetros o, si te resulta más práctico, tarugos plásticos, tornillos, un destornillador, y un taladro con mecha de widia para hacer las perforaciones necesarias. Además vas a necesitar unos metros de hilo, del que se usa en obra, y una plomada.

Colocación de hilos para nivelar la pared


Aquí empieza el trabajo más importante de los que hay que hacer previo a comenzar a revocar, porque es el momento de decidir cuál  va a ser la cara o “filo” del nuevo revoque grueso. Y cómo consecuencia cuál va a ser su espesor. Para ahorrar material, y tiempo de trabajo, se busca que el revoque tenga el menor espesor posible, siempre y cuando alcance para cubrir todas la imperfecciones de la pared, y que quede perfectamente aplomada.


Para esta tarea se considera a la pared como una superficie única, independientemente del tamaño que tenga, y por eso vas a tener que:

  1.     Poner cuatro clavos, uno en cada esquina, a unos 10 o 15 centímetros de los bordes, y que sobresalgan, al menos, 5 cm de la superficie de los ladrillos. Figura 2
  2.     Atar un hilo a alguno de los clavos de arriba, a una distancia, tentativa por ahora, de 1,5 centímetros desde el ladrillo, que es el espesor del revoque que se busca hacer
  3.     Tensar ese hilo y atarlo al otro clavo de arriba, separado del ladrillo por la misma distancia (1,5 cm). Para atar esos hilos se necesita un poco de práctica, sobre todo si en vez de un piolín de fibra de algodón querés usar tanza de nylon. Ese hilo  que vas a colocar ya es un indicador del filo  del futuro revoque grueso. Figura 3
  4.    Colocar, de la misma manera, otro hilo entre los clavos de la parte de abajo de la pared, también a 1,5 cm de los ladrillos. Figura 3
  5.    Usando la plomada, verificar si el hilo de arriba y el de abajo están a plomo entre sí, en los dos extremos de la pared. Usar la plomada para esto no es muy cómodo, porque un hilo simplemente tensado no es el mejor apoyo para la chapita de la plomada. Hay que tener buen pulso para no hundir el hilo hacia el ladrillo, porque la medición sería incorrecta. Con un poco de práctica vas a poder hacer este trabajo, tan importante para que un  revoque grueso quede bien. Figura 4
  6.    Si tuviste la suerte de que los hilos ya te quedaran aplomados, estarías revocando la cara de una pared en muy buenas condiciones. Pero lo normal es que entre el hilo de arriba y el de abajo aparezcan diferencias. En ese caso vas a mover los hilos sobre los clavos, más lejos o más cerca de la pared,  siempre usando la plomada, hasta que los hilos queden aplomados entre sí. Tienen que quedar, por lo menos, 5 a 6 mm de revoque en el punto en el que los hilos estén más cerca de los ladrillos, para que  un siempre haya un espesor mínimo
  7.    Puede pasar que en la parte de arriba y en la parte de abajo de la pared los hilos pasen bien, pero en otros sectores no. Por eso hay que usar otros hilos para tener una idea completa sobre el estado de la pared. Tensando y atando hilos entre los clavos de arriba y de abajo, en los dos extremos de la pared, vas a poder encontrar más irregularidades. Y también poniendo hilos cruzados entre clavos opuestos en diagonal. Figura 5
  8.   Si la pared fuera alta también podés poner más clavos, para atar hilos horizontales a media altura, y así detectar problemas en otras zonas. Figura 6



Hay que insistir, tomarse el tiempo de colocar todos los clavos, y los hilos, que hagan falta para estar seguro de que ninguna punta de ladrillo va a sobresalir de ese plano virtual que son los hilos, y que marcan el revoque que estás por hacer.


miércoles, 17 de julio de 2019

CÓMO HACER UN REVOQUE GRUESO (I), GENERALIDADES


¿Qué es el revoque grueso?


El revoque grueso es la primera capa de terminación de una pared. Es la que la nivela, le da la forma, para que quede lista para la siguiente capa, la de la terminación final. Esa última terminación se puede hacer con otra capa de revoque, el fino, o con distintos tipos de revestimientos, tanto estéticos (plásticos, maderas, recubrimientos a base de yesos y cementos) como impermeables (azulejos, cerámicos, pinturas).

¿Cuándo hacer el revoque grueso?


El momento para hacer los revoques gruesos depende de la obra en sí, del tipo de ambiente a revocar, de la habilidad de los albañiles, de la economía, del orden con que se organice la obra e, inclusive, de la preferencia de quien conduzca la obra (profesional o propietario).

Pero, en general, hay dos ideas contrapuestas sobre las que se suele opinar bastante:

Hay quien prefiere hacer el revoque grueso enseguida después de levantar las paredes, para tener así una referencia para la colocación de  carpinterías, cañerías, cajas de luz, griferías, y en general todo tipo de instalación o artefacto menor que deba quedar amurado. Es la forma más fácil de trabajar, y la que se recomienda para quienes no tengan demasiada experiencia de obra. Pero hay que tener en cuenta que parte del revoque que se haga se va a tener que romper, para el corte de canaletas, agujeros, rebajes etc. y que después va a haber que repararlo, con algún gasto extra de material. Pero es la manera más práctica de trabajar si uno está empezando.

Otros prefieren levantar las paredes, colocar todo lo que haya que colocar y recién, después, revocar. Prefieren hacer el revoque grueso después de la colocación de puertas y ventanas, de pasar las cañerías y ventilaciones, de colocar cajas de luz y de dejar, ya instaladas, las griferías que van empotradas, como es el caso de los cuadros de las duchas. De esa manera el revoque grueso se hace de una sola vez y no se toca más.

Pero para poder trabajar de esta manera hay que tener mucho conocimiento y mucha experiencia de obra, porque casi la única referencia que se tiene para dejar todo en su posición es virtual. Es decir que hay que manejarse sólo con los clavos e hilos del replanteo de obra y, a lo sumo, con algún punto físico, como los "bulines" (puntos que servirán de guía para hacer las fajas, sobre las que se cortará el revoque cuando se cargue).

Por supuesto que las dos formas de trabajo son válidas y se usan en cualquier obra. Inclusive de manera combinada. Pero si vas a hacer tus propios revoques, o si no vas a trabajar con una mano de obra muy calificada, es más conveniente, para empezar, que hagas primero los revoques y sigas después con carpinterías, instalaciones, etc. Es más sencillo y tiene la ventaja adicional de que no necesitás que entren en la obra otros rubros especializados (plomeros, electricistas, gasistas, etc.) hasta más adelante, lo que en una obra hecha más lentamente, y a pulmón, ayuda a manejar mejor la economía.

¿Qué más se revoca?


Hay que hacer una diferencia entre el revoque grueso que se le hace a toda la superficie de una pared, y el trabajo de revoque que se hace para “recuadrar” diferentes cuerpos o formas que se hacen con ladrillo o con hormigón, y que tienen que tener que tener ciertas características especiales. Mochetas, dinteles, salientes, balcones, molduras, muretes para apoyo de mesadas, paredes de placares, maceteros y toda otra forma que necesite tener medidas, plomos y escuadras exactas.

Aprender a hacer el revoque grueso de la cara de una pared es relativamente posible para quien tenga la voluntad, si sigue alguna pocas indicaciones. Sea el dueño de casa o algún medio oficial que se está iniciando en los trabajos de la albañilería. Pero para recuadrar formas, como las que describimos antes, se necesita de mucha experiencia, buen manejo de herramientas e instrumentos de medición y, sobre todo, tener claro lo que ser quiere hacer, que, a veces, sólo está en la imaginación de una persona, y, en otras, indicado en planos, a los que también hay que saber leer.

La importancia del revoque grueso


La única función del revoque grueso es darle forma a las partes de la obra. No hay otro trabajo en la obra que cumpla esa función. No se puede dar forma con revoques finos, ni con revestimientos. Lo que quede mal en esta etapa de la obra va a quedar así. Y se va a notar. Un ejemplo típico de esta situación son los revestimientos cerámicos, de baños o cocinas, puestos sobre revoques mal hechos, en los que, por la forma perfecta que tienen las piezas que se usan, las irregularidades de la base van a quedar resaltadas, así sea un error de 2 o 3 milímetros.

La colocación de los ladrillos es una de las primeras etapas de la obra y, a veces, daría la sensación de que cualquier irregularidad que se suceda va a ser solucionada en una etapa posterior. Incluso circula entre los trabajadores de oficio de las obras la frase: “…el revoque tapa todo” cuando se hace alguna referencia a algo mal hecho. Bueno, es cierto. El revoque grueso lo tapa (o corrige) casi todo. Pero a quien le toque hacerlo tendrá que saber cómo se tiene que hacer para que quede bien. Y además quien paga la obra deberá tener en cuenta el costo del tiempo de mano de obra, y de los materiales, que se van a usar de más. Por eso siempre conviene hacer las cosas bien desde un principio.

Etapas de trabajo de revoque grueso


Para hacer un revoque grueso se  necesita un tiempo importante, que va a depender de las condiciones en las que esté la pared, de cuánto material haya que cargar, de las condiciones atmosféricas (temperatura y humedad), y del tipo de acabado que se le necesita dar, de acuerdo al uso que se le va a dar.

Pero, en general, para hacer más sencilla la explicación se podría dividir el trabajo en las siguientes etapas:
  • Limpieza y observación de la pared. Colocación de los hilos guía y de los puntos fijos de referencia (bulines)
  • Carga y corte de fajas. Colocación de reglas en extremos de pared y en mochetas
  • Carga y corte del material de los paños entre fajas
  • Terminación de bordes y cantos. Fratachado y rayado de la superficie, si fuese necesario


domingo, 14 de julio de 2019

QUÉ ES UNA CHOCLA Y CÓMO SE USA


Qué es una chocla o tiralíneas


La chocla es un instrumento que se usa en la construcción, la carpintería, etc. para marcar líneas rectas, más largas que las que se pueden marcar con un lápiz y una regla. Se usa para unir los dos puntos extremos que definen a esa línea. Inclusive se pueden marcar con ella líneas sobre superficies no tan planas, ni muy lisas, sobre las que una línea a lápiz y regla sería mucho más difícil de hacer.

Chocla, con nivel de ampolla y envase con polvo


Cómo es una chocla


La chocla es, básicamente, un depósito o un envase que contiene en su interior algún polvo de color, y un hilo sobre el cual ese polvo se deposita. Para trazar una línea el hilo se extrae, o desenrolla, y después de usado se vuelve a enrollar, usando el mecanismo que trae para ese propósito. El cuerpo de la chocla puede ser de plástico o metálico, y algunas marcas traen, también, un pequeño nivel de burbuja, de ampolla, para usar colgado sobre el hilo, y un envase con polvo de color.

Cómo se usa la chocla


Una vez que se tienen marcados los puntos que hay que unir con una línea recta, se extrae el hilo y se tensa, firmemente, sostenido sobre las marcas. Manteniéndolo así, se lo toma por su parte central y se lo separa unos centímetros de la superficie a marcar. Al volver a soltarlo el hilo golpea la superficie, y deposita sobre ella el polvo que tenía pegado, dejando marcada así una línea muy precisa. Después se lo vuelve a enrollar hacia el interior para que se vuelva  a cargar de polvo, y prepararlo para otro uso. Como las superficies a marcar pueden ser de diferentes colores convendría tener algún polvo oscuro para superficies claras, y polvo blanco para marcar sobre superficies oscuro. Es polvo puede ser el que viene con algunas choclas, cuando se las compra, o polvo de tiza, talco, colorante de hormigones tipo “ferrite” o inclusive yeso común.

Chocla


Algunos ejemplos de uso de la chocla o tiralíneas


Un uso típico de la chocla es el marcado de las líneas guía necesarias para hacer un cielorraso suspendido. Que hoy se hacen mayormente de placas de yeso sobre estructura de perfiles metálicos, pero ya se usaba este método cuando se los hacía con mezclas de concreto, y revoques, sobre estructuras de madera y metal desplegado. Y mucho antes también. Con la plomada, y el nivel de manguera, la chocla forma parte de la historia de la construcción.

Un vez hechas las marcas del nivel en los extremos de una pared, se unen esos puntos con el hilo de la chocla, haciendo una línea que va a servir como guía para colocar las soleras que van a soportar la estructura del cielorraso.

Así como en éste, se puede usar la chocla para muchos otros casos, desde marcar la dirección de corte de una canaleta, hasta la ubicación de los clavos que van a sostener una serie de cuadros que se quieran colgar, en una pared, a la misma altura.

En tiempos en que los niveles laser reemplazan a las mangueras de nivel todavía las choclas son necesarias para trazar líneas rectas, salvo, quizás, en el caso de algunos niveles laser que emiten una luz giratoria, que genera una línea aparente que “marca” las paredes.

¿Tenés que comprar una chocla?


Si tenés que trazar dos o tres líneas, obviamente, no vas a comprar una chocla, salvo que te tengas fe de que vas a volver a usarla alguna vez. Pero si necesitas marcar sólo algunas líneas, de la manera cómo lo describimos acá, te va a alcanzar con conseguir una bolsita, un  hilo de albañil y un poco de yeso, o de cal, que siempre suele haber en obra. Te vas a ensuciar un poco más las manos pero te va a servir igual.