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domingo, 28 de junio de 2020

CÓMO REPLANTEAR UNA OBRA, LOS CABALLETES (II)


Introducción


A partir de las nociones generales sobre replanteo de obra que aparecieron en Caballetes (I), vamos a ver qué pasos hay que seguir para poder levantar una pared en su posición correcta, requisito indispensable para que toda la obra posterior se realice de acuerdo a las reglas del arte de la albañilería.


Los caballetes individuales, o el “corralito” perimetral, son estructuras auxiliares que nos permiten ubicar y escuadrar, rápida y cómodamente, las paredes de una obra.

El replanteo de una obra


Para poder colocar los caballetes en su posición hay que partir de algún dibujo o plano en el que se relacione lo nuevo a construir con algunos puntos fijos existentes en el terreno. Para eso tendrán que figurar allí las distancias que deban tener las paredes con respecto a medianeras, otras paredes, líneas divisorias de lotes, línea municipal de vereda, etc.


Ejemplo simple pero habitual de replanteo


Vamos a considerar un caso sencillo, pero muy común, para replantear: un terreno rectangular, con medianeras bien definidas, ángulos rectos con respecto a la calle y vereda, y razonablemente nivelado. Y un proyecto de paredes en escuadra entre sí. Una situación muy básica que puede ser como la que muestra el plano de la figura 1.


Figura 1

Para buscar la posición aproximada de los caballetes conviene partir de las líneas imaginarias que pasan por el “medio” de las paredes. Es lo que en los planos de construcción se conocen como ejes de paredes. A estos ejes de paredes hay que hacerlos coincidir con la parte media de los travesaños horizontales de los caballetes.
Para ubicar y clavar los caballetes en su posición conviene seguir los siguientes pasos:
  • Marcar, provisoriamente, sobre el suelo las líneas que representan a los ejes de las paredes. Esto se puede hacer pintando con una brocha con agua y cal espesa, o con pintura en aerosol, o marcándolos con hilos, o con un reguero de arena (un “caminito” de arena). También se puede, si ya los hubiera en la obra, representar los ejes con líneas de ladrillos, que, además de permitirnos poner los caballetes, posibilitarían “ir viendo” la construcción en sus dimensiones y ubicación en el terreno. De esta manera se podrían hacer algunas correcciones de último momento.
  • Colocar los caballetes, de acuerdo a esas líneas provisorias, en su posición, tal como se muestra en la figura 2. Se comienza por clavar las estacas verticales de manera tal que no interfieran en las tareas de excavación, y alejadas del borde de las zanjas para que un desmoronamiento ocasional no las afecte. Una distancia mínima de 60 centímetros del límite de la excavación suele ser suficiente.


Figura 2

  •  Nivelar los caballetes, entre sí, es siempre necesario para que las medidas que se tomen sean lo más exactas posibles. Para ello los travesaños horizontales deberán estar todos a una misma altura. En un terreno aceptablemente nivelado alcanza con que los caballetes estén entre 20 y 40 cm por sobre el terreno natural. Para nivelar se coloca una estaca al lado de cada caballete y, usando un nivel de manguera, se marca un nivel predeterminado, que puede ser cualquiera, y que deberá ser el mismo para todas las posiciones. A partir de esas marcas se mide hacia abajo una misma medida hasta el travesaño, tal como se muestra en la figura 3.



Figura 3

Replanteando sobre los caballetes


Colocados y nivelados los caballetes, se procede al replanteo definitivo de las paredes con sus excavaciones y cimientos correspondientes. Sobre cada travesaño se puede volver a marcar los ejes de las paredes, o directamente los bordes o filos de zanjas, zapatas, columnas, muros, etc. Hay un ejemplo de caballete en la figura 4.


Figura 4

Replantear, tomándose todo su tiempo


Realizar estas mediciones y marcas con cuidado es fundamental, no sólo para el replanteo de las paredes en sí, sino también para el resultado final de toda la obra, ya que cualquier error que se cometa en esta etapa se va a ver reflejado en otros aspectos del producto terminado. Falsas escuadras en los pisos, cortes innecesarios en las cubiertas de los techos, muebles de cocina que no calcen en su posición ideal, bañeras que no caben dónde fueron diseñadas, escaleras que son un dolor de cabeza para los carpinteros son detalles en los que se ve la calidad, o la falta de ella, de una construcción.
El replanteo inicial de una obra es una etapa de los trabajos que suele hacerse entre los pastos, o pisando barro, y a veces parece que tomarse demasiado tiempo para marcar la excavación de una zanja sea innecesario. Pero si esta parte se hace mal difícilmente se puedan corregir los problemas en etapas posteriores de la construcción.

Recapitulando


Conviene:

  •   Ser consciente de la importancia de la exactitud en los trabajos de replanteo
  •  Comenzar “dibujando” los ejes de las paredes, sobre el suelo
  •   Ubicar los caballetes en una posición aproximada, que a veces hay que corregir,   nivelados entre sí para que las medidas sean exactas
  •   Marcar sobre los travesaños de los caballetes las líneas principales de zanjas,       cimientos, columnas, paredes, etc.
  •   En algunos casos es más útil el “corralito” perimetral que los caballetes           individuales
  •  Cuanto más cuidadoso sea el replanteo inicial, mejor será el resultado final de la obra


sábado, 20 de junio de 2020

CÓMO USAR LOS ADITIVOS VINÍLICOS MULTIUSO, TIPO TACURÚ

¿Para qué sirven los aditivos multiuso?


Cuando las condiciones físicas para aplicar pinturas, materiales o mezclas húmedas no sean las ideales, se pueden usar aditivos sintéticos que mejoran notablemente los resultados. Si bien, con el tiempo, fueron apareciendo en el mercado productos específicos para las distintas situaciones que se puedan presentar, hay aditivos vinílicos multiuso tradicionales, muy versátiles, del tipo conocido como tacurú. Son de costo accesible y se consiguen fácilmente en ferretería y corralones de materiales. Son sustancias químicas, blancas, de consistencia lechosa, que se pueden adquirir en diferentes presentaciones, en envases que pueden ir desde 1 litro hasta 200 litros.

Adicionados al agua usada para el empaste de las distintas mezclas, agregados a pinturas y revestimientos a base de cemento, o usados en estado puro directamente sobre superficies difíciles, facilitan los trabajos y mejoran, sensiblemente, los resultados. Los rendimientos, o las proporciones de uso, serán las que cada fabricante indique, generalmente en los envases en que vienen presentados.

¿Cuándo conviene usarlos?


Si bien en general se describe a los aditivos multiuso como compuestos por resinas termoplásticas con aditivos químicos que agregan dureza y adhesividad a los materiales tradicionales, sus posibilidades de uso son muchas más, y conviene tener siempre cierta cantidad del producto en obra. Algunas posibilidades de uso de los aditivos vinílicos multiuso, tipo tacurú, son:

Como puentes de adherencia de revoques


Hay veces que las superficies sobre los que se van a aplicar revoques se encuentran en malas condiciones, con riesgo de que el material termine desprendiéndose una vez colocado. En esos casos habrá que:
  •          Preparar un mezcla de cemento y aditivo multiuso en partes iguales, agregando agua en la cantidad necesaria para conseguir una consistencia de lechada, líquida pero espesa
  •          Aplicarla sobre la superficie deteriorada lanzándola con fuerza y cepillando para que  penetre en ella, en poros y fisuras
  •         Aplicar el revoque que se desee, agregando también aditivo multiuso en el agua de la preparación


En morteros a base de cemento usados para reparaciones y bacheos


Las superficies de tránsito que se reparan normalmente se encuentran: sucias antes de los trabajos, y sometidas a esfuerzos importantes después de la reparación, por lo que es muy importante que la adherencia entre lo viejo y lo nuevo sea la mejor. Por eso conviene:
  •          Limpiar adecuadamente las superficies y aplicar aditivo multiuso puro
  •          Preparar una mezcla de 3 partes de arena por una de cemento, y empastar con agua con el agregado de aditivo vinílico multiuso
  •          Cuando el aditivo comience a secar, aplicar cuidadosamente el mortero, apretándolo para que penetre bien en la zona a reparar
  •          Cuando comience a “tirar”( a endurecer)  aplicar el aditivo a pincel o pulverizador para controlar el curado; esto es que la pérdida de humedad por evaporación sea la mínima posible

Como ligante de revestimientos cementicios


Si bien los revestimientos decorativos elaborados a base de cemento, tipo salpicrete, vienen ya preparados y listos para usar, se puede mejorar su adherencia inicial y su resistencia final agregándole el aditivo multiuso. Conviene:
  •          Preparar la mezcla como indique el fabricante pero reemplazando parte del agua utilizada por el aditivo
  •          Aplicar sobre la superficie a recubrir, pudiéndose “pintar” previamente con el aditivo puro, para fijar posibles polvos y desprendimientos (cuando se trate de bases viejas)


En enduidos o “finos” de yeso sobre superficies “difíciles”


Cuando se quiera dar una terminación final de yeso sobre superficies con poca adherencia, como ser hormigones realizados con moldes metálicos o de materiales plásticos, se recomienda:
  •          Preparar una mezcla de arena muy fina y cemento, con el agregado de aditivo vinílico en el agua
  •          Aplicar una capa fina sobre las superficies
  •          Preparar la mezcla de yeso agregando también aditivo al agua de la preparación


Como mejorador de adherencia líquido


En algunos casos, como en las superficies de materiales a base de cemento y cal, que tienden a deshacerse y desprender polvo, se puede aplicar el aditivo vinílico multiuso directamente, para que fije la base y mejore la adherencia.
  •          Aplicar el aditivo multiuso tal como viene en el envase usando una pinceleta o escoba. según el caso, extendiendo bien el producto para que penetre en la superficie, cuidando que no queden charcos
  •          Aplicar la terminación correspondiente antes de que el aditivo seque del todo


Como regulador de la evaporación de humedad


Las superficies con gran contenido de cemento (que se contraen y fisuran si secan demasiado rápido) tales como carpetas, plateas de fundación de hormigón o pavimentos deben ser protegidos contra la evaporación rápida de la humedad que contienen. Para evitarlo:
  •          Aplicar aditivo vinílico multiuso diluido con agua usando pulverizador, en cuanto la superficie empiece a “tirar”, para evitar que el material se "queme" o fisure


Como aditivo mejorador de mezclas


Agregado al agua de amasado de las distintas mezclas que se usan en la obra, el aditivo mejora la adherencia y la plasticidad de las mezclas, y la dureza final de los trabajos


Algunos cuestiones a tener en cuenta cuando se usan aditivos multiuso


  •          No agregar a mezclas que vayan a quedar sumergidas en agua
  •          Respetar las proporciones  (que generalmente se pueden leer en los envases) que recomienden los fabricantes
  •          Usar siempre agua limpia y no salitrosa
  •          Los materiales que se vayan a utilizar después de que  se haya aplicado el aditivo vinílico, usado como mejorador de adherencia, deberán ser colocados antes de que este seque y haga película, ya que de lo contrario se volverá impermeable y resbaladizo
  •          Eliminar el polvo y todo material suelto antes de aplicar el aditivo multiuso
  •          De haber manchas de grasa o aceite, lavar con agua caliente y detergente, y enjuagar bien






lunes, 15 de junio de 2020

CÓMO REPLANTEAR UNA OBRA, LOS CABALLETES (I)


Qué es el replanteo de obra?


Replantear una obra es representar, de alguna manera, en el terreno o en algún edificio ya existente, un proyecto de construcción que es sólo una idea, o que está dibujado en papel. Dicho de otra manera, es “ver” una pared en su lugar antes de empezar a construirla. Si se está trabajando con planos que están dibujados en alguna escala, para replantear, habrá que convertir las medidas a la escala real (escala 1:1)


Cómo visualizar las líneas principales de una obra


La posición de las distintas partes de la obra que se van a construir (zanjas, cimientos, paredes, columnas, etc.) se representan (se replantean) en terreno mediante un hilo que podrá marcar, por ejemplo, el eje de una pared, o por medio de dos hilos que indicarán sus bordes (o “filos” en lenguaje de obra).
Normalmente, se usan dos hilos para replantear los bordes de las zanjas, dos hilos más para marcar el espesor de los cimientos y otros dos hilos para marcar el espesor o los filos de las paredes. Para poder medir, marcar y fijar esos hilos (replantear) se recurre al caballete, una estructura auxiliar que se coloca por fuera de los límites de lo que se va a construir, para que no interfieran con los trabajos y movimientos de la obra. Ver la figura 1.


Figura 1

Los caballetes en el replanteo de obra


Los caballetes de replanteo son pequeñas estructuras, construidas en madera, que va a permitir marcar sobre ellas, mediante marcas de lápiz o con clavos, la posición de los hilos que van a representar cada parte nueva que se va a construir. Según se ve en la figura 2, el caballete consta de dos estacas verticales clavadas en el terreno, unidas mediante otra madera horizontal, un travesaño, clavado a ellas. Sobre esta madera horizontal se marcan y se atan los hilos de replanteo.


Figura 2

Según se ve en la figura anterior la madera horizontal, el travesaño del caballete, tendrá que ser algo más largo que el ancho de las zanjas que se van a excavar para los cimientos de la pared.

El problema de las escuadras en el replanteo de obras


Como es requisito imprescindible que (en la mayoría de los proyectos) las paredes de una construcción estén en escuadra (a 90º) entre sí, es necesario los caballetes queden, en una primera aproximación, más o menos en escuadra para que no haya que andar “corriéndolos” esto es clavando y desclavándolos del piso. Es por eso que resulta conveniente, como primer paso, manejarse con los ejes de la paredes (con las líneas que pasan por el medio de las paredes). De esta manera podemos colocar los caballetes guiados por los ejes en una posición aproximada que, después, nos permitan hacer un trabajo más “fino” de medida y de escuadra entre los distintos muros. Esto tal vez sea difícil de explicar, o de entender, hasta que no se ha experimentado la complejidad del trabajo en la práctica. Dicho de otra manera: colocados los caballetes en su posición aproximada se puede empezar a “jugar” con los hilos (moviéndolos a izquierda y derecha) para buscar la escuadra exacta.


Es necesario que, si bien son estructuras auxiliares, los caballetes queden firmemente colocados en su posición en el terreno, para que los trabajos y los movimientos de las personas no los muevan ni descalcen. Esto es para no tener que andar repitiendo los trabajos de replanteo.

Los niveles en el replanteo de obra


Si ya medir, escuadrar y colocar los hilos de replanteo que representan a las paredes de una obra es un trabajo bastante delicado, también, en simultáneo, hay que tener en cuenta que toda medida tiene que tomarse en un mismo nivel horizontal. En terrenos casi totalmente horizontales no es un tema que haya que tomar demasiado en cuenta. Pero en terrenos con pendientes más o menos importantes, fuertemente desnivelados, es fundamental que los caballetes estén, todos, a un mismo nivel; porque de otra manera las medidas que se tomen van a estar equivocadas, tal como se ve en la figura 3.


Figura 3

Los caballetes deberán ser colocados todos nivelados usando el nivel de manguera, si es que no se dispone de instrumentos de nivelación de tipo profesional.


¿Corralito en lugar de caballetes?


En algunos casos, puede ser más cómodo reemplazar a los caballetes por un “corralito”. Esto es una cerca de tablas, sobre estacas, que rodeen toda la zona de trabajo de la obra para poder así, rápidamente, hacer mediciones y marcas en cualquier lugar sin tener que andar colocando y nivelando caballetes. Sería como colocar un caballete corrido alrededor de la obra, tal como se muestra en la figura 4.



Figura 4

Obviamente, para lograr esto habrá que contar, en la obra, con los materiales necesarios (las maderas), que a veces son más necesarias para otras tareas.

Recapitulando


  •         Replantear una obra es representarla en el terreno, usando hilos para poder “ver” sus distintas partes antes de que se construyan
  •         Para poder atar eso hilos se usan estructuras auxiliares en forma de caballetes de madera
  •         Los caballetes tienen que estar bien nivelados entre sí, para que las medidas sean exactas
  •         En algunos casos los caballetes individuales puede ser reemplazados por un “corralito” continuo, a la manera de una cerca de madera, perimetral y nivelada




lunes, 8 de junio de 2020

CÓMO SACAR LA PINTURA VIEJA DE LA MADERA

A la hora de repintar madera


A la hora de repintar un objeto, o una superficie de madera, hay quienes cargan una mano nueva sobre las capas anteriores, obteniendo así un resultado mediocre. Lo correcto es tratar de retirar la mayor cantidad de pintura vieja antes de volver a pintar. Esto, siempre y cuando se quiera hacer una restauración profunda del objeto y no simplemente una renovación rápida.  Las pinturas viejas tienden a contraerse, resquebrajarse y eso termina afectando a las capas de pintura más nuevas.

Cuando se va a repintar la madera con algún color el trabajo es algo más sencillo, porque podemos aceptar que quede algún resto de las pinturas anteriores. El trabajo va a ser más complicado cuando se quiera  quitar toda la pintura vieja para rescatar la madera original y mostrarla, cubriéndola sólo con algún acabado transparente. En estos casos habrá que recurrir a todos los medios disponibles.

Elección del método de remoción de pinturas sobre madera


Las técnicas, los productos y las herramientas necesarias para quitar barnices, lacas y pinturas de una madera dependerán, generalmente, de la cantidad de capas que tenga, y de su estado y antigüedad. Algunas pinturas tienden a desprenderse solas mientras que otras están más firmemente adheridas, y va a costar más esfuerzo sacarlas.
Existen tres métodos básicos para quitar la pintura de la madera: mediante lijado (manual o mecánico), usando diluyentes o removedores o aplicando calor mediante herramientas que lo generen.

El lijado de las pinturas viejas



  •          El lijado de las pinturas viejas es el método más indicado para quitar la pintura de muebles construidos con maderas finas, generalmente más blandas y poco resistentes, dónde otros métodos podría resultar muy agresivos
  •          Es también el método adecuado para objetos con acabado translúcidos, cuando sólo se quita la capa superficial, que es la que se suele cristalizar, opacar y volver quebradiza. Los muebles terminados con acabados transparentes no suelen tener muchas capas. Puertas y cielorrasos interiores, sí.
  •          Además de estas situaciones enunciadas, el método de lijado es apto para cualquier otro caso, aunque a veces podría requerir de mucho tiempo, esfuerzo y trabajo lograr un buen resultado.
De cualquier manera el procedimiento general consiste en:


  •          Lijar con lija gruesa (por ejemplo de grano 80), siempre en el sentido de las vetas de la madera para no producir rayones o marcas
  •          Completar el paso usando viruta gruesa de acero para los lugares más difíciles de acceder. Manejar la viruta usando guantes gruesos
  •          Seguir lijando con lijas cada vez más finas, a medida que vayan quedando menos restos de pintura. A veces se puede lijar, con mucho cuidado  en forma transversal a la veta para quitar algún punto donde la pintura esté más firmemente adherida
  •          Si la madera lo permite, finalizar puliendo con lana de acero (del tipo Virulana), de la que se usa en la cocina
  •          Limpiar los restos de polvillo y pintura adheridos con un trapo embebido en thinner

El lijado se puede realizar trabajando simplemente a mano, o puede ayudarse con máquinas herramientas eléctricas. Estas lijadoras pueden ser de tres tipos, las que se  identifican por la forma que tiene la lija que usan:

  •          Lijadoras de banda, en las que las lijas son en forma de cinta continua que va girando siempre en una misma dirección
  •          Lijadoras orbitales, que usan lijas cuadradas o rectangulares y que se van desplazando de forma oval
  •          Lijadoras roto-orbitales, que usan lijas circulares, que, a la vez que van orbitando como las anteriores, también giran. De esta forma se mejora el rendimiento
Lijadora roto-orbital


El uso de removedores químicos


Los removedores de pintura son productos químicos que “ablandan” las capas de pintura, hasta el punto de conseguir que se ampollen o “arrugen” para poder, en ese momento, retirarla con medios mecánicos. Una vez que la pintura se empieza a aflojar se la retira con viruta de acero, espátulas, cuchillas, formones, gubias, o simplemente punta de un destornillador (en las molduras y esquinas de difícil acceso).
El método es adecuado para sectores o superficies con capas gruesas de pintura. A veces es necesario repetir el procedimiento más de una vez para llegar a la capa más profunda, que suele ser la que más adherida está a la madera. Sobre todo cuando se quiere recuperar una madera que estaba pintada y se la quiere dejar a la vista.
El procedimiento a seguir es el siguiente:

  •          Aplicar a pincel una capa generosa de removedor, que viene presentado en forma líquida o en gel. Esta última es la más recomendable, sobre todo en superficies verticales
  •          Dejar actuar entre 15 y 30 minutos, cuidando que el producto no se seque porque habría que repetir el procedimiento
  •          Retirar la pintura con espátula, avanzando en un ángulo de 45º, cuidando que el filo no vaya a levantar alguna astilla de la madera
  •         Retirar los restos que pudieran haber quedado con viruta de acero, o esponja de cocina, siempre protegiendo las manos con guantes adecuados por ser el removedor una sustancia muy agresiva para la piel
  •          Si hace falta, repetir el procedimiento para quitar las sucesivas capas de pintura
  •          Finalmente, neutralizar la acción del removedor enjuagando con agua o, en el caso de algún mueble de madera que se quiera cuidar, con aguarrás o diluyente de pinturas
  •          Por último lijar con lija fina, grano 280, para dar la terminación ideal para pintar

Acción de los removedores en gel


La aplicación de calor


El método de eliminación de pinturas, lacas y barnices antiguos por medio de calor es el más indicado para los casos en que sea mucho el material que haya que retirar, o que esté más duro. Siempre y cuando el objeto de madera no sea demasiado fino o delicado, por el riesgo que puede representar aplicarle demasiado calor.

Pistola de calor

La aplicación de calor para quitar pintura vieja se puede mediante:


  •          Llama abierta o directa que se puede obtener de equipos de soldadura, o de colocación de membranas asfálticas, o, también, usando sopletes como los que se utilizan en repostería. De los que funcionan con cartuchos de gas descartables y son económicamente accesibles
  •          Aire caliente, que se aplica mediante pistolas eléctricas, utilizadas comúnmente en la industria y en la construcción. No son herramientas demasiado costosas

En ambos casos el efecto que se va a lograr sobre las pinturas viejas es que se ampollen a la manera de lo que ocurre cuando se usa removedores químicos, pero en mucho menos tiempo. El inconveniente de este método es que, si no se toman las precauciones adecuadas, se puede perjudicar la madera de forma irremediable. Por lo tanto es más recomendable para superficies de madera más duras y rústicas.
El procedimiento a seguir va a ser similar al que se describió en el caso de los removedores, sin el paso de la neutralización con agua o aguarrás, que además de ser innecesario podría ser muy peligroso.


Recuperar la madera usando pistola de calor

La combinación de los métodos


Los métodos para sacar la pintura vieja de la madera, aquí enumerados, no están cerrados en sí mismos. Se los puede usar asociados entre sí, según lo dicte la necesidad en cada caso. Se puede, inclusive, comenzar a retirar la pintura con el soplete (lo más grueso). Seguir con el removedor para sacar lo que vaya quedando, sobre todo si hay moldura o rincones que limpiar, y terminar el proceso con lijas de distintos granos, hasta que se consiga  la superficie ideal para pintar, laquear, barnizar o encerar.

Importante


En cualquier caso, sea que se use un mismo método o se combine con otros, es recomendable hacer una prueba previa en algún sector del objeto que no quede muy a la vista, para ver cómo reaccionan la pintura y la madera al método elegido. A la vez es recomendable trabajar por sectores no demasiado grandes para obtener mejores resultados.

La seguridad, cuando quitamos pinturas viejas


Todos los métodos aquí descritos tienen algún riesgo para la salud y la seguridad, por lo que hay que respetar algunas reglas básicas cuando se está trabajando:


  •          Trabajar al aire libre o en ambiente bien ventilados, tanto por el polvillo que se levanta al lijar como por los vapores que emanan de los removedores químicos. Y ni hablar de los gases de combustión cuando se quema pintura. De cualquier manera es recomendable usar barbijos o máscaras
  •          Proteger la vista contra posibles salpicaduras de removedor, irritaciones producidas por los gases de combustión o partículas de pintura que puedan volar al usar lijas, espátulas, etc.
  •          Proteger las manos con guantes adecuados (los más recomendables son los de nitrilo que se consiguen en ferreterías y pinturerías) en todos los casos. Si se usa un soplete es necesario usar guantes que no sean inflamables como los de descarne o cuero
  •          Usar ropa apropiada, algo ajustada, y que no importe si se ensucie, se queme o se rompa

Recapitulando



  •          El método elegido para sacar pintura vieja deberá ser el más conveniente para cada caso. Una elección equivocada puede estropear el objeto
  •          Los métodos se pueden usar en forma conjunta para obtener mejores resultados, o de forma más rápida
  •          Se respetarán las medidas de seguridad en cuanto a  ventilación del ambiente de trabajo, a la protección de los ojos, manos y pulmones, y al uso de ropa adecuada al trabajo a realizar
  •          Elegir el método de acuerdo al tipo de producto y de madera de que se trate, y hacer pruebas previas en lugares poco visibles