“¿En qué la apoyamos?”
Necesidad de cimientos
El tipo de cimiento, y sus dimensiones, dependen del peso de la pared, de si va servir de apoyo para algún elemento estructural (una losa, por ejemplo) y, sobre todo, de las características del suelo. De su capacidad para recibir cargas, o sea peso. Ver figura 1.
En casos complejos va a ser necesario recurrir a un profesional que haga los ensayos y cálculos correspondientes para definir sus características, tipo, y medidas, pero en la mayoría de los casos te va a convenir hablar con quienes habitualmente trabajen en la zona para saber qué tipo de cimiento se está usando en la región, de acuerdo a las características de suelo existente.
A veces, conocedores de los suelos de su zona, los municipios recomiendan algún tipo de cimiento, por ser el más recomendable desde el punto de vista tanto técnico como también económico. Toman en cuenta lo que puede resistir el terreno, pero también otros condicionantes como por ejemplo el grado de riesgo sísmico, la existencia de suelos expansivos (que se “hinchan”), la disponibilidad de materiales locales, etc.
Es el cimiento más usado por su versatilidad, su gran resistencia y su costo razonable. No requiere de grandes excavaciones ni de mano de obra especializada. Ideal para quien encare la construcción de su propia vivienda.
Consiste en un elemento largo y de perfil rectangular, de hormigón, reforzado por una armadura de hierros longitudinales, más gruesos, y estribos cerrados, más finos. Es de ancho similar al de la pared. A veces, ni siquiera necesita de un encofrado (un molde de madera) porque se la realiza directamente en una zanja excavada en el terreno. Podemos encontrar algunas variantes, unas más simples, otras más completas:
Son cimientos de hormigón armado, de perfil trapezoidal, con armadura de acero y del ancho necesario para soportar el peso de la pared, y de sus posibles cargas adicionales, aún sobre suelos menos resistentes. Necesita más trabajos de excavación y, tanto el armado de sus hierros, como el llenado del hormigón requieren de mano de obra más especializada. Ver figura 5.
Desde el punto de vista estructural, de la resistencia, es ideal para terrenos flojos, ya sean húmedos, arenosos o expansivos. Tienen un espesor relativamente poco significativo, por lo que se realizan refuerzos por debajo de las paredes importante, pesadas o que soportan peso, mientras que en el caso de tabiques livianos, se los puede apoyar directamente donde se necesite. Ver figura 6.
Figura 1
A veces, conocedores de los suelos de su zona, los municipios recomiendan algún tipo de cimiento, por ser el más recomendable desde el punto de vista tanto técnico como también económico. Toman en cuenta lo que puede resistir el terreno, pero también otros condicionantes como por ejemplo el grado de riesgo sísmico, la existencia de suelos expansivos (que se “hinchan”), la disponibilidad de materiales locales, etc.
Tipos de cimientos más comunes
La viga de encadenado de hormigón armado
Consiste en un elemento largo y de perfil rectangular, de hormigón, reforzado por una armadura de hierros longitudinales, más gruesos, y estribos cerrados, más finos. Es de ancho similar al de la pared. A veces, ni siquiera necesita de un encofrado (un molde de madera) porque se la realiza directamente en una zanja excavada en el terreno. Podemos encontrar algunas variantes, unas más simples, otras más completas:
- Viga de encadenado simple. Para ser utilizada en suelos muy firmes, casas de una sola planta y paredes que sólo soporten algún techo liviano. Ver la figura 2.
Figura 2
- Viga de encadenado vinculada a bases o troncos de columnas, de manera de quedar atada a la estructura general de la edificación. Ver figura 3
Figura 3
- Viga de encadenado reforzada, además, mediante pilotines clavados y asentados en suelos inferiores más resistentes. Ver figura 4.
Figura 4
Zapata o base corrida de hormigón armado
Figura 5
Platea de hormigón armado
Son placas o losas de hormigón armado, continuas, que se construyen por debajo de toda la edificación. Se hicieron más populares a partir de la posibilidad de contratar la provisón de hormigón elaborado por parte de empresas que lo entregan en obra de manera rápida y perfectamente dosificado (es decir, con los componentes adecuados para cada caso en particular)
Si bien el costo del material puede ser relativamente alto, por los costos de las máquinas de elaboración (plantas mezcladoras), de traslado (camiones) y colocación (bombas), su precio se compensa por la disminución de la necesidad de mano de obra para excavación, y para la mezcla y llenado de hormigón en obra. Y con la velocidad que se le imprime a la obra. Se llena en un día y, prácticamente, en dos o tres días más se puede empezar a replantear y levantar paredes. Con la ventaja de trabajar sobre una superficie limpia y firme, con lo que desaparece el problema de trabajar en el barro en los días posteriores a las lluvias.
Si bien el costo del material puede ser relativamente alto, por los costos de las máquinas de elaboración (plantas mezcladoras), de traslado (camiones) y colocación (bombas), su precio se compensa por la disminución de la necesidad de mano de obra para excavación, y para la mezcla y llenado de hormigón en obra. Y con la velocidad que se le imprime a la obra. Se llena en un día y, prácticamente, en dos o tres días más se puede empezar a replantear y levantar paredes. Con la ventaja de trabajar sobre una superficie limpia y firme, con lo que desaparece el problema de trabajar en el barro en los días posteriores a las lluvias.
Desde el punto de vista estructural, de la resistencia, es ideal para terrenos flojos, ya sean húmedos, arenosos o expansivos. Tienen un espesor relativamente poco significativo, por lo que se realizan refuerzos por debajo de las paredes importante, pesadas o que soportan peso, mientras que en el caso de tabiques livianos, se los puede apoyar directamente donde se necesite. Ver figura 6.
Figura 6
Conclusión
Tiene que quedarte muy claro que una pared siempre necesita cimientos. Por muy duro que sea un suelo, a veces tan duro como el hormigón, hay otros factores que pueden afectar a una pared y llevar a su deterioro. Es el caso de los suelos rocosos, los que, en principio, parecerían capaces de soportar una pared sin cimiento alguno, pero esos suelos normalmente se encuentran en zona de posible actividad sísmica, por lo que el daño no provendría de un hundimiento del suelo sino de su desplazamiento horizontal. Un cimiento adecuado unido a la estructura vertical de la edificación va a permitirle resistir sin mayores consecuencias.
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