Sí, hay veces en que las puertas (las hojas) se hinchan, como en el caso de las puertas de madera, las que, al absorber la humedad ambiente, aumentan de tamaño y presentan dificultades para abrir o cerrar. Inclusive, de acuerdo a la estación del año, pueden “agrandarse” o “achicarse” alternadamente, cada 5 o 6 meses. Pero no este el caso del que vamos a hablar.
La humedad de cimientos y los marcos de las puertas
En este
caso vamos a hablar de otro de los problemas que pueden tener las puertas. Suele
ocurrir que, en construcciones antiguas, en las paredes que están afectadas por el problema
de la humedad de cimientos, los materiales de la mampostería y los revoques se
alteren bastante, al punto de afectar también a los marcos de las puertas. En estos
casos las paredes también “se hinchan” y van apretando los marcos contra las
hojas, dificultando su apertura y cierre. En la foto 1 se muestra un ejemplo de este problema. En ella se ve como
la luz libre que hay entre el marco y la hoja de la puerta, a la altura de la cerradura, va
disminuyendo hacia abajo hasta finalmente “desaparecer”.
Este fenómeno
puede ocurrir en cualquier tipo de marco. Es decir, de cualquier material. Pero
se agrava en los marcos de chapa o de perfiles de hierro porque, al problema que
genera la humedad en la mampostería, se le suma el efecto que, también, produce
sobre el hierro. Una pieza de ese material, al oxidarse, va desprendiendo capas
o láminas de material oxidado que tienen mayor volumen que el hierro original. Sumando
los dos aumentos de volumen por humedad la luz libre entre el marco y la puerta,
como en el ejemplo, va desapareciendo.
¿Y qué podemos hacer?
En este
tipo de problemas no hay muchas soluciones posibles. Al menos que sean
relativamente simples. Una hoja de puerta de madera se puede lijar, cepillar y
hasta cortar, a veces, para achicarla y resolver el problema. Pero en este caso, en el de las aberturas de chapa de hierro, de perfiles, de aluminio, etc. esa
solución no es aplicable. En estos casos no hay más remedio que corregir el
marco. Y para eso hay que liberarlo de
la presión que le está aplicando la pared.
Foto 2
En la foto 2 de nuestro ejemplo vemos que la
luz del marco a la altura de la cerradura es de 65,3 cm mientras en la foto 3 se ve que esa luz se redujo a
64,6 cm a la altura del zócalo. Se perdieron 7 mm que es más de lo que la
puerta puede tolerar para seguir funcionando correctamente.
La solución
radica en liberar el marco de la mampostería que lo sostiene. Y para eso hay
que picar y retirar el material en, por lo menos, 50 o 60 cm de la altura de la
puerta, contando desde el suelo. Logrando así que el marco vuelva a si posición
original. En la foto 4 ya se hizo
ese trabajo y se ve claramente que, con solo retirar el material que producía
la presión, se recuperó buena parte de la luz libre entre
el marco y la hoja.
Nota:
cabe aclarar que en la foto de este ejemplo se demolió la pared hasta el
exterior porque se va a provechar para hacer un trabajo de reconstrucción de la
capa aisladora horizontal. Pero no siempre es necesario ese paso. Si el
problema no es muy grave, o si la pared es muy ancha, alcanza con retirar solo el
material en la zona del problema, en una de las caras de la pared.
Cómo asegurar la luz libre de la puerta
Recuperada la luz libre de la puerta sólo queda tomar las medidas necesarias para que esa luz se conserve. Se podría amurar el marco nuevamente esperando que, sólo con eso, quede en la posición necesaria. Pero es más conveniente agregarle un elemento de fijación adicional que no le permita volver a deformarse.
Para ello,
basta con preparar en forma casera, una planchuela que tenga en un extremo la
posibilidad de ser fijada al marco y en el otro un corte y un doblado que le
asegure un buen anclaje en el material. Un ejemplo de este elemento de este
tipo se muestra en la foto 5.
Para fijar este elemento al marco se perfora un agujero en el marco, lo más cerca del suelo que se pueda (foto 6) y se pasa un tornillo. Mediante la correspondiente tuerca se fija el anclaje al marco.
En este caso se usó un tornillo de cabeza fresada para que no interfiera con la hoja cuando la puerta se cierra. Este tornillo conviene que sea de bronce o de acero inoxidable (como en este caso) para que alguna futura humedad no lo pueda volver a corroer. La foto 7 muestra el anclaje atornillado al marco. También se podría soldar un pedazo de varilla de hierro de construcción al marco. Cumpliría la misma función, sólo que tal vez no sea tan fácil conseguir una máquina de soldar para un trabajo tan chico. Además habría que verificar si la chapa del marco soporta una soldadura eléctrica.
Cómo volver a amurar el marco
Fijado el
anclaje al marco sólo queda volver a amurarlo en su nueva posición. Para eso, conviene comenzar preparando un listón de madera y calzarlo en el marco, tal como se ve en la foto 8, que asegure que, en la operación
de reamurado, el marco no se vuelva a cerrar. Trabado éste así se puede
completar el trabajo, no sin antes proteger tanto la planchuela de anclaje como
la parte interior del marco con algún tratamiento anticorrosivo. Lo ideal es
cubrirlo con una pintura antióxida y, una vez seca volver a pintar con pintura
asfáltica. De ese modo se asegura una buena protección por mucho tiempo.
Sólo resta
preparar la mezcla correspondiente, en este caso concreto (una parte de cemento
y tres partes de arena) con algún agregado hidrófugo (“ceresita”) para cortar
un posible paso de humedad. En le ejemplo que se muestra en esta publicación se
reconstruyó la capa aisladora horizontal, por lo que esta última precaución no
seria indispensable. Pero nunca están de más las precauciones.
Tal como
se ve en las fotos 9 y 10, se va rellenando el
hueco con concreto y cascotes de ladrillo, evitando dejar espacios vacíos,
apretando bien el material. Terminado este paso se pueden rehacer los revoques
y terminar el trabajo con el revestimiento correspondiente.
Aclaración: en algunas fotos de este posteo se ve una varilla o grapa del marco original que todavía se conservaba. No fue retirada porque era más complicado sacarla que dejarla. Pero como no se podía ver bien en qué estado se encontraba no se la usó como el elemento de fijación nuevo. Además de no tener en la punta un anclaje apropiado.
Recapitulando
- La humedad ascendente de cimientos hincha las paredes y “cierra" los
marcos sobre las hojas, dificultando su funcionamiento;
- El fenómeno es de difícil solución en puertas de marcos y hojas de chapa
o perfiles de hierro;
- Hay que liberar al marco de la presión de la pared picando y retirando
material;
- Se prepara un elemento de fijación (anclaje) que se fija al marco;
- Se coloca un listón de madera que mantenga la luz adecuada en el marco;
- Se amura con concreto con hidrófugo, y se prepara para hace las terminaciones
correspondientes. Ver foto 11, en la cual también se observa la nueva luz libre de la puerta. Comparar con la foto 1, realizada antes de comenzar los trabajos.
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