Colocar una puerta, ¿es tan difícil?
La respuesta
inmediata es: sí. De hecho, si quisieras
evaluar la capacidad y la calidad del trabajo de un albañil, hacerle colocar
una puerta sería el mejor examen que le podrías tomar para conocerlo mejor. Pero
no tenés que desalentarte. Es difícil pero se puede aprender.
En general, las puertas se pueden colocar:
- Antes de levantar la pared
- Una vez que la pared ya fue construida
La segunda
opción puede aparecer como la más fácil, pero la primera es la más común y es
con la que vas a conseguir mejores resultados. Porque si la pared llegara a
tener algunos defectos de construcción, la colocación de la puerta, además de
ser más complicada, no va corregirla ni
disimular los errores. Siempre, colocar la puerta mientras se levanta la pared permite
controlar mejor el resultado final. Ver figura 1
Figura 1
Colocación de una puerta, una introducción al tema
El objeto
de esta entrada es plantear, a modo de introducción, los aspectos de este trabajo
dónde podés encontrar más problemas. En sucesivas entradas se van a desarrollar
las cuestiones que acá sólo se van a describir.
Las cuestiones a tener en cuenta a la hora de colocar una puerta
Las puertas
que, tal vez, tengas que colocar tienen que quedar en una determinada relación
con el edificio en su conjunto y, cuando se las coloca antes de levantar las
paredes, aparece el problema de que el edifico, o esa parte del edificio, sólo
está dibujada en un plano, o está en la cabeza de alguien. Así que es necesario
cierto trabajo de imaginación para “ver” un edificio que todavía no está ahí. Es
una habilidad que hay que practicar pero, siguiendo las indicaciones que vamos
a ir dando, no es un imposible.
Las cuestiones de las puertas y los edificios
Una puerta tiene que ser colocada en función de los siguientes aspectos:
- Su relación, su “altura” o nivel con respecto al nivel que va a tener
el piso en ese sector
- Su relación con la cara, el plano o el “filo” terminado de la pared en
la cual estará colocada
- Su relación con la perfecta verticalidad, el “plomo” general del
edificio
Estos tres
aspectos tienen que ser tenidos en cuenta, sí o sí, para que la puerta quede bien
colocada y funcione como corresponde. La complejidad con la que te vas a
encontrar, las primeras veces que lo intentes, es que estas cuestiones o
aspectos (nivel, filo de pared y plomo), tiene que ser tenidos en cuenta
simultáneamente, porque cualquier cambio en uno de ellos casi siempre provoca
una modificación en los otros.
Es por
eso que el trabajo tiene que ser lento, bien pensado, sin apuro y revisando
todas las veces que sea necesario. Es casi imposible colocar una puerta a las
apuradas, y quien diga lo contrario no va a ser capaz de hacer un trabajo de
este tipo correctamente. Por eso también cuando se encarga una colocación a un
tercero hay que aceptar que el trabajo tiene su costo. O al revés, si algún día
hacés un trabajo para un tercero lo vas a poder cobrar como corresponda.
Figura 2
La secuencia de los trabajos en una colocación de puerta
Para llegar
a un buen resultado final vas a tener que respetar un cierto orden en el
trabajo, que pocas veces se puede alterar. Y los trabajos sólo podrán empezar
después que sepas, que conozcas, algunos datos de los que mencionamos antes. Y no
sólo conocerlos sino, también, materializarlos en la obra. Esto quiere decir
que hay que marcarlos, señalarlos, con dibujos, reglas, hilos, que representen
esos datos.
Para definir
el orden de los trabajos para una puerta que se va a colocar antes de levantar
la pared vas a necesitar:
- Conocer la ubicación de la puerta en la planta del edificio (replanteo). Ver figura 2
- Conocer la posición de las caras o filos de la pared en la que va a estar ubicada. Esto es necesario señalarlo
con, por lo menos, un hilo que represente la cara exterior de la futura pared,
colocado casi al ras del suelo, digamos a nivel del zócalo. Ver figura 3
- Conocer el nivel final del futuro piso, que convendrá representar con
la marca de un triángulo invertido que quede 1 (un) metro sobre el nivel de
piso terminado. Esta marca tenés que hacerla sobre algún elemento fijo de
la obra (alguna pared cercana, una
columna, un caño y hasta un árbol). Ver figura 4
- Tener en cuenta que la puerta, como casi todo en una obra convencional,
debe quedar bien vertical, a plomo, aunque en este caso no es necesario marcar nada porque
esa condición nos la resuelve una plomada, un nivel de mano, o un nivel
electrónico del tipo laser.
Figura 3
Sabiendo
que éstas son las primeras cuestiones que hay que tener en cuenta a la hora de
colocar una puerta, podés ir armándote de valor y preparando las herramientas.
Figura 4
En sucesivas
entradas vamos a desarrollar estos temas.
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