Qué tenés que tener en cuenta?
Ésta es
una de varias entradas dedicadas a la colocación de aberturas, en este caso de
una puerta, que es uno de los trabajos más importantes y dificultosos de una
obra de construcción o remodelación. Por eso es muy importante que tengas presente
que una puerta mal colocada sólo se corrige sacándola y volviéndola a colocar. Y
esto a veces es posible y otras veces no. Hay marcos de chapa doblada (muy fina) que
se deforman tanto al momento de desamurarla que ya no sirven más.
Por lo
tanto hay que tomarse todas las precauciones posibles para que la colocación
quede bien al primer intento. Si no, puede hacer falta mucho tiempo, y a veces
gasto, para arreglar el problema.
Tenés que
asegurar las puertas desde el mismo momento en que llegan a la obra. Para empezar,
hay que guardarlas en algún lugar tranquilo de la obra, bajo techo o muy bien
tapadas con algún film impermeable, y cuidar que tengan el mínimo
contacto posible con la actividad normal de la obra.
Las puertas se pueden estropear:
- Si se permite que la humedad las afecte, porque las maderas se hinchan,
pueden curvarse, y las chapas se oxidan
- Si entran en contacto con las mezclas húmedas de materiales de
construcción. Es particularmente dañina la cal, que deja manchas en la madera que
son muy difíciles de disimular si la terminación de la puerta va a ser trasparente.
A la vez, la cal, el cemento y los pegamentos para cerámicas que se secan sobre
el aluminio son difíciles de sacar, corroen el material y dejan manchas
- Si se apoyan cosas pesadas sobre ellas o, accidentalmente, se pisan
- Si no se impide que entren materiales extraños en las cerraduras, o si
se pierden las llaves
- Si se rayan, sobre todo las de madera, MDF o PVC
- Si no se protegen de roturas a los vidrios, que algunas puertas ya los traen
incorporados
Las puertas se colocan armadas
En general,
las puertas deben ser colocadas en su posición definitiva con sus hojas puestas.
De esta manera te vas a asegurar de que los marcos no se “cierren”, apretando
la hoja, y que después cueste abrirlas, o no pudiendo volver a cerrarlas una vez abiertas. Si
bien las hojas de madera se pueden
ajustar, "achicándolas" con un cepillo de carpintero, las de otro material no
tienen solución.
La importancia de los separadores
Cuando recibas
una puerta nueva vas a ver que entre el marco y la hoja hay una plaquita, de
madera o de fibra, que ayuda a mantener una cierta luz libre entre ellas durante la colocación.
Esa luz libre va a permitir que la puerta se abra sin problemas, sobre todo en
la zona de la cerradura que es donde se suele trabar. Esos separadores tienen que quedar en su posición hasta que la puerta quede firmemente colocada.
Cómo vienen acondicionadas las puertas
- En algunos casos, como en el de las puertas de chapa doblada (en su
totalidad), o las de marco de chapa y hoja de madera, el fabricante puede haber
decidido mantener la luz libre colocando un tornillo que atraviese la hoja y el
marco. Ese tornillo no lo tenés que sacar porque, a la vez que mantiene la
separación ente hoja y marco, no permite la deformación (como un paralelogramo)
del conjunto. En la parte de debajo la patas del marco suelen estar unidas entre
sí por un perfil de chapa muy fina.
- En el caso de las puertas que son todas de madera, marco y hoja, los
fabricantes suelen clavar diagonales en las esquinas (sólo para la colocación)
que, a la vez que mantienen la luz entre marco y hoja, garantizan la escuadra
del marco.
Preparación de las puertas para su colocación
Después
de revisar que la luz libre se mantenga constante en todo el perímetro de la hoja
(en uno de los lados se encargan de eso las bisagras) y, dependiendo del
material con que estén construidas, te va a convenir:
- En las puertas de madera,
cubrir la hoja con un film plástico impermeable y proteger el marco aplicándole
una mano de algún producto que selle los poros e impida que los materiales
húmedos los afecten. Si el marco no
tuviera un umbral (la parte de abajo) incorporado, te conviene clavar un listón
de madera que mantenga la separación entre los costados del marco. A la vez, si
el marco no tuviera grampas para amurar, conviene atornillar algunos tornillos
o tirafondos (éstos últimos son mejores porque se ajustan con una llave fija hexagonal), o
clavar algunos clavos largos de, por lo menos, 4 o 5 pulgadas.
- En las puertas con marco de chapa doblada y hoja tipo “placa” (típica
puerta de dormitorio) conviene pintar la
parte interior del marco con pintura asfáltica para que los materiales de
construcción no lo oxiden. A la vez, te conviene llenar la parte superior del
marco con concreto (un día antes de la colocación), porque es una zona difícil de rellenar una vez que la puerta está colocada.
- A las puertas de aluminio, sobre todo a los marcos y para que no se
manchen, conviene cubrirlos totalmente con tiras de cinta “de pintor”, de aquella que
tenga menos poder adhesivo.
- A la puertas que son íntegramente de chapa de hierro conviene protegerlas pintando la parte de adentro de los marcos con pintura asfáltica. Y retocando
con antióxido las partes de la pintura que se hubieran rayado durante el
transporte o el depósito en la obra. Tenés que saber que las puertas de chapa
tiene una capa muy fina de pintura, solo por cuestiones estéticas y para
protegerlas en los salones de ventas y en los depósitos. Una vez colocada la
puerta, esa pintura conviene sacarla, con removedor, para hacer un proceso
completo de pintura que incluya la aplicación de antióxido.
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