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lunes, 22 de julio de 2019

CÓMO HACER UN REVOQUE GRUESO (III), LAS FAJAS


La importancia de las fajas en el revoque grueso



Una vez analizada la pared, y colocados los hilos que representan al futuro revoque grueso, se hace necesario algún método de trabajo que nos asegure que el material colocado sobre la pared quede plano, y a nivel con los hilos del replanteo.


La manera de hacerlo es cargar la mezcla y aplanarla, sacando el sobrante con una regla. A esto se lo llama “cortar” el material. Pero para poder cortar el material, y que quede como dijimos más arriba, la regla tiene que correr sobre alguna guía que coincida con los hilos colocados. En realidad son dos las guías que se usan, y son lo que denominamos “fajas”. Ver figura 1 a.

 En general las fajas se hacen del mismo material con el que se va a revocar, aunque no habría problema en que fueran de un material diferente, siempre y cuando se las retire al terminar el trabajo. Un elemento bastante usado para esto es el caño de luz, de acero, de ¾” o 19 mm, fijado con cucharadas de concreto. Pero es útil sólo para revoques de más de 2 cm, y de un espesor más o menos parejo. La faja de material nos permite hacerla de 1 cm en un lado, o de 2 ó 3 cm en otro, sin problemas. El caño de luz, al ser rígido, no lo permitiría. Por eso en revoques gruesos no se los usa tanto como en carpetas de piso, dónde los espesores son mayores y hay más espacio para colocarlos.

Las fajas de material tienen que endurecer para que el trabajo con la regla no las desgaste, por eso se las suele dejar fraguar de un día para el otro. Una faja desgastada por el deslizamiento apresurado de la regla va a dar revoques gruesos imperfectos.

Cómo preparamos las fajas


Así como para hacer el revoque grueso necesitamos guías sobre las que hacer correr la regla, también para hacer una faja necesitamos alguna guía para que nos quede de acuerdo a los hilos que colocamos. Esas guías son lo que en la obra se denominan “bulines”, y son puntos fijos sobre los que deslizar la regla para cortar las fajas. Se los prepara amurando una plaquita de algún material duro, que no se desgaste fácilmente, fijadas con el mismo material del revoque al nivel de los hilos que usamos para replantear el revoque grueso.

Resumiendo lo dicho hasta acá, para poder hacer un revoque grueso, y que su cara o filo quede en la posición que nosotros decidimos, tenés que:

  1. Colocar hilos, perfectamente alineados y aplomados, que represente la cara terminada de ese revoque grueso que se va a hacer. Ese trabajo se muestra acá
  2. Amurar bulines, tomando como referencia los hilos, con el mismo material del revoque
  3. Cargar, cortar y fratachar las fajas, usando como referencia los bulines para deslizar la regla



Cómo se amuran los bulines


El primer paso para amura los bulines es decidir dónde queremos ubicar las fajas. De esto va a depender el tamaño de cada paño de revoque grueso que vayas a hacer, y es algo que también depende de las medidas de la pared. Se suele recomendar alguna medida fija cómo ideal para la separación entre fajas: 1,20 m ó 1,30 m ó menos de 1,50 metros, etc. Si recién estás empezando en este tipo de trabajo te convendría: primero, no hacer fajas muy anchas, como para que te sea más fácil practicar (de 1 metro de ancho, p. ej. aunque por eso tengas que hacer alguna faja de más) y segundo, y más importante, ver qué regla podés conseguir para así poder hacer las fajas de acuerdo a la regla que tengas. Las reglas tienen que estar derechas, en buen estado, porque de eso va a depender la calidad del revoque grueso. Pueden ser de madera (dura), de perfil de aluminio, o caño estructural de hierro, pero tiene que estar en buenas condiciones. Y no siempre son fáciles de conseguir. Así que primero la regla y después vemos la separación entre fajas.

Como la regla tiene que deslizarse hacia uno y otro lado, mientras la llevamos hacia arriba cortando la mezcla, tiene que quedar un cierto espacio a los costados de las fajas para que la regla no golpee contra algo. Por eso conviene colocar dos fajas a 25 o 30 centímetros de cada extremo de la pared, y dividir la superficie de la pared que queda en paños que puedas cortar con la regla que hayas conseguido. Tenés que tener en cuenta que tu regla tiene que ser 30 o 40 centímetros más larga que la separación entre fajas, para que al deslizarlas sobre las fajas, hacia uno y otro lado, no se “caiga” de ellas. Ver figura 2.


Figura 2


Habiendo decidido dónde van a ir las fajas vas a colocar los bulines, alineados según el hilo de la parte de arriba de la pared, pegados con una cucharada de mezcla de revoque. Los bulines pueden ser pedazos de azulejo o cerámica, de madera de poco espesor y dura, para que no la afecte la humedad, o de restos de ladrillos hueco, a los que podrías raspar sobre alguna superficie de hormigón, o concreto, para emparejarlos, si hiciera falta.
Una vez colocados los bulines  según el hilo de arriba, vas a colocar de la misma manera los de abajo, usando,además, la plomada para verificar que estén alineados con los de arriba. A veces los hilos se pueden mover, llevándonos a un error. ver figura 1 b.

Cómo se llenan las fajas


Colocados los bulines, y una vez que estén firmes, se comienza a cargar las fajas con el material del revoque grueso. La característica más notable del revoque grueso en general es su gran espesor, comparado con las otras capas de terminación de paredes. Ese espesor importante hace que el endurecimiento, o “fragüe”, del material necesite de un cierto tiempo. Si no se respeta ese tiempo la mezcla se va sobrecargando de humedad, y termina desprendiéndose y cayendo. Esto pasa, sobre todo, en días de mucha humedad en el aire, y, más todavía si la pared es de ladrillos huecos.

Por eso conviene ir cargando las fajas con capas más o menos finas, dándoles tiempo para que vaya “tirando”, esto es comenzar a secar y fraguar, antes de cargar la siguiente capa. Es por eso que conviene ir trabajando en varias fajas al mismo tiempo. Ir cargándolas con capas, una a una, avanzando en todas hasta la anteúltima capa, para sólo después terminarlas individualmente. De manera que, además, si te faltara tiempo para terminar alguna, la pudieras terminar rápidamente cuando vuelvas a trabajar.

Para hacer las fajas se va cargando la mezcla, en las primeras capas, con la cuchara, aplastándola bien para que quede pegada a la pared. Y sólo en las últimas se va “regleando”, o sea cortando lo que sobra, deslizando la regla hacia arriba y abajo sobre los bulines, a la vez que se va avanzando lentamente hacia alguno de los lados, derecha o izquierda, según sea más cómodo.

Cuando ya la superficie de la faja está bastante pareja, la última capa se va terminando con el fratacho, cuidando que no queden puntos bajos ni salientes que sobresalgan, donde la regla se pueda trabar al hacer el revoque. Una vez que las fajas estén suficientemente duras se puede empezar a revocar.

Aquí hay más información sobre revoques gruesos

 


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