REVOQUES
FUNCIONES DEL REVOQUE
Rara vez los materiales que conforman las paredes de las edificaciones se dejan “a la
vista”; lo habitual es recubrirlos, darles un acabado final que puede cumplir
distintas funciones:
Contra el clima
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Contra el uso
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Funciones del
acabado final |
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Presentando superficies
lisas y duras
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Como ornamentación
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Se
denominan
revoques |
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Terminaciones
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Se
denominan
revestimientos |
(1)
Cerámica, vidrios, madera, materiales sintéticos, etc.
Sin
bien a los revoques de paramentos y a los de cielorrasos se los suelen
diferenciar, especialmente por cuestiones de cómputo, esencialmente los
materiales que se aplican y las técnicas que se usan para realizarlos son
similares.
La
aplicación de revestimientos suele requerir de la realización de revoques
gruesos previos, salvo en el caso de los revestimientos que van colocados sobre
estructura independiente.
TIPOS DE REVOQUES
El
tipo de revoque más habitual en exteriores es aquel que consta de tres capas,
cada una de ellas cumpliendo una función diferente:
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Impermeabiliza
el paramento
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Tres
capas/tres funciones
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Regulariza
la superficie
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Provee
de una terminación lisa (2)
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(2)
Para el acabado con pintura, colocación de papel, etc.
- AZOTADO HIDRÓFUGO
Es
el procedimiento, también conocido como protección hidrófuga, cuyo nombre deriva de
la forma de colocación del material, lanzado sobre la pared, con un posterior
alisado con la cuchara; y con una dosificación de una parte de cemento cada
tres partes de arena, mezclado en seco y luego amasado con agua preparada con
el material hidrófugo específico, en la proporción establecida por el fabricante
(generalmente el 10%)
La
capa aisladora debe mantener la continuidad, pero no corrige las
irregularidades de la pared, si bien se la suele aplicar, generalmente, en el
paramento construido según el hilo guía, por cuestiones esencialmente
económicas (ahorro de material). El espesor habitual oscila entre 1 cm y 1,5
cm.
También
se suelen aplicar azotados, con la misma dosificación de cemento y arena pero
sin hidrófugo, para favorecer la adherencia, generalmente dificultosa, entre
superficies de hormigón y revoques gruesos.
- REVOQUE GRUESO ( técnicamente: Jaharro)
La
función del revoque grueso es la de emparejar las superficies a enlucir
(corrección de desplomes o desviaciones, etc.), o la de dar formas geométricas
regulares a partes de la construcción, que así lo requieran para una correcta
terminación final.
El
espesor mínimo recomendado es de aproximadamente 15 milímetros y no debería
superar los dos o dos centímetros y medio.
En
caso de paramentos con desviaciones (desplomes, falta de escuadra, etc.)
importantes se preferirá, por cuestiones de tiempo y de economía, “enchapar”
con placas cerámicas, las partes más defectuosas antes de aplicar el revoque
grueso, a fin de ahorrar material y de
impedir las fisuras por contracción, propias del excesivo grosor del mortero.
La
dosificación habitual para el revoque es de 1/4 : 1 : 4 (de cemento, cal hidráulica y arena) para los morteros de cal hidráulica para
exteriores, de 1/8 : 1 : 4 para interiores; y de 1 : 4 y 1 :
5, respectivamente, para aquellos preparados con cemento de albañilería.
Preparación y cuidados a tener en cuenta durante el
trabajo:
No
se procederá a revocar muro alguno hasta que la mampostería no haya asentado
perfectamente. Antes de aplicarse la
mezcla deberán realizarse los siguientes preparativos:
- Limpieza de las partes flojas, eliminación de juntas sobresalientes, corte de rebabas en hormigón, lavado de la pared con ácido muriático diluido para eliminar salitre.
- Perfecta limpieza de la pared para dejar viva la superficie de los ladrillos y aplicación de abundante agua.
- Relleno con cascote de los huecos ; cobertura, con metal desplegado, de los encuentros hormigón-mampostería, de los conductos principales y de cualquier punto de la construcción que pudiera ser susceptible de movimientos relativos (trabajar).
- El metal desplegado será cubierto con azotado de concreto 1 : 3.
- Materialización de puntos de referencia de plomo y escuadra (bolines) que servirán de indicadores para las fajas de guía.
- Una vez realizado el revoque se impedirá el secado demasiado rápido, ya sea previendo horas de sombra para la realización de esa etapa, o protegiendo con arpillera embebida el agua, que retrase el fragüe y evite las grietas por contracción del material.
- Todo revoque terminado será perfectamente homogéneo, libre de manchas, granos y rugosidades, uniones defectuosas, etc. Las aristas serán vivas y rectilíneas, y no presentaran alabeos.
- Todas las instalaciones complementarias (por ejemplo, pasaje de cañerías, cajas de luz) de la obra se realizarán en esta etapa, a fin de que los elementos correspondientes queden perfectamente a filo con el paramento terminado y a fin de evitar futuros remiendos.
IMPORTANTE: siempre se deberá
verificar, y/o corregir, no sólo la
pared en sí misma, sino también la posición de ésta con respecto al ambiente al
que delimita o, inclusive, a otros ambientes, evitando falsas escuadras que más adelante se harían evidentes al
momento de colocar los pisos, o de materializar los cielorrasos.
- REVOQUE FINO A LA CAL (técnicamente: Enlucido)
Es
la cara visible de la terminación de obra realizada con morteros
cementicios. Su espesor es mínimo, del
orden de los 5 mm, lo que impide utilizar este paso para corregir imperfecciones.
La dosificación del material será de una parte
de cal aérea (tipo Milagro) cada tres partes de arena fina y tamizada, con el
agregado de 1/8 a 1/4 parte de cemento, dependiendo de que el enlucido sea
interior o exterior. Siempre es
conveniente que el revoque grueso sea “rayado”, a fin de que el revoque fino
tenga mayor superficie de adherencia, salvo que se tratara de terminaciones
salpicadas o aplicadas a máquina.
- YESO
Para
el caso de enlucidos de yeso, las superficies deberán quedar perfectamente
lisas y planas.
Se utilizará yeso blanco de primera calidad,
de reciente fabricación, bien batido, untoso al tacto y sin grumos.
Como
revoque tiene mejor calidad de terminación que el revoque fino a la cal, pero
menor resistencia mecánica.
El
yeso y el agua pura fraguan entre 5 y 20 minutos después del amasado, por lo
que el trabajo debe ser realizado rápidamente y sin cometer errores. A veces se
la puede retrasar el tiempo de fragüe adicionándole agua de cal, como así
también a veces se le puede adicionar colas que “plastifiquen” las superficies
obtenidas, y polvos minerales (marmolinas), para que adquieran así mayor dureza, admitiendo el pulido para lograr un efecto de estucado.
Bibliografía básica: Introducción a la construcción de edificios. Mario Chandías. Editorial Alsina
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