¿Y esto con qué lo saco?
Cómo quitar la pintura vieja
amig@:
A la hora de querer volver a pintar una
superficie metálica, normalmente de hierro, (reja, puerta, postigón, etc.) se
no presenta la duda:
- Lijar superficialmente, quitando solamente la pintura floja, descascarada,
y las zonas oxidadas
- Lijar “a fondo”, quitando toda la pintura vieja, hasta dejar todo el
metal a la vista
Si la superficie ya tiene varias capas de
pintura antiguas, y querés hacer un trabajo a conciencia, no tiene sentido agregar una capa más. Sobre
todo porque las capas de pintura viejas suelen estar cuarteadas y, muy pronto, ese
efecto se va a pasar a la capa nueva. Y el trabajo habrá sido casi inútil: la protegiste del óxido, pero el resultado no va ser estético.
¿Entonces?
Te voy a presentar una serie de métodos que te
van a permitir quitar la cantidad de pintura que quieras, de acuerdo a la
profundidad del trabajo que decidas hacer. No se me escapa que, por cuestiones
de tiempo, de trabajo, o de dinero, no siempre terminamos haciendo lo que nos
hubiera gustado hacer.
Métodos para quitar la pintura antigua de superficies metálicas
Manual
Es el método más difícil y el que más
esfuerzo físico te va a demandar. Aplicable sólo a trabajos rápidos y que no
pretendan resultados exigentes. Aplicables a lo que llamaríamos “una lavada de
cara”. Vas a necesitar:
- Espátula
- Cepillo de alambre
- Viruta de acero
- Hojas de lija
- Y mucho músculo!!
Es más apto para superficies lisas. Es complicado para quitar la pintura de molduras, esquinas. De lugares difíciles. Por otro lado,
es el método menos riesgoso.
Con herramientas eléctricas
Usándolas se pueden lograr resultados bastante
buenos, aunque con algo de tiempo y esfuerzo. Y tampoco es útil en zonas
difíciles, como en el caso anterior. Pero sirven, y deberías utilizar alguna de estas herramientas:
- Lijadora. Las hay de distintos tipo: orbitales, de banda, roto orbitales. Todas tienen su utilidad. Y vas a necesitar lijas, de distinto grano, en forma de hoja, banda o disco.
- Amoladora. Es una herramienta poderosa, pero intimida un poco a quien
no esté acostumbrad@ a usarla. Pero si la tenés hay que empezar a practicar. Vale
la pena. Con ella podés usar: discos de lija (con un respaldo de goma), discos
de fibra (que además de quitar la pintura pulen las superficies), discos de
hojas múltiples de lija, tipo “flap”, discos con cepillo de alambre, y hasta un
disco de desbaste, de los que se suelen usar para limpiar restos de soldadura
eléctrica. No es por asustar, pero es indispensable usar métodos de protección,
porque el funcionamiento de alguno de esos accesorios puede generar algún
riesgo. Usar anteojos, guantes, tapones para los oídos, algún delantal.
- Taladro. No es la herramienta eléctrica más funcional para este caso,
pero es la más común de tener, o poder conseguir. Habrá que trabajar un poco
más, pero alivia el trabajo manual. Se lo puede usar con accesorios tales como un
disco de fibra, similar al que
mencionamos para la amoladora (en este caso con un eje adaptador) o con discos
de lija (sobre un respaldo de goma). También se le puede poner cepillos de
alambre, pero no son muy prácticos.
Con pistola de calor
Son herramientas eléctricas, similares a un
secador de pelo (pero mucho más poderosos), de uso fácil, sencillo y seguro. Con un mínimo cuidado. Se usan
para ablandar la pintura hasta poder retirarla con alguna otra herramienta, por
ejemplo una espátula, más viruta de acero y/o lija.
Funciona mejor en capas de pintura más
recientes. En capas de pintura muy antiguas requiere más trabajo y, a veces, hay
que terminar usando alguna herramienta eléctrica de las nombradas en el punto
anterior.
Con removedor
Es un método que utiliza productos químicos,
normalmente en forma de gel, para ablandar las capas de pintura hasta poder
retirarlas con otra herramienta (espátula, cepillo). Para usarlo hay que
respetar las indicaciones del fabricante, pero, en general, podemos decir que son
productos agresivos para la piel, los ojos y los pulmones, por lo que hay que
usar las protecciones adecuadas. Al menos anteojos, guantes y barbijo.
Suele ser un método muy efectivo sobre las
capas más superficiales. Y hay que ser más paciente con las capas más
profundas, o muy antiguas. A veces hay que aplicar una capa de removedor a cada
capa de pintura para poder retirarlas.
Con soplete
Se trata de calentar la pintura vieja hasta
que se desprenda, para luego retirarla con alguna herramienta. Se diferencia de
la pistola de calor en que, con esta herramienta, se puede calentar la pintura
hasta que se queme, cosa que con la pistola es más difícil. Y cepillar las
cenizas. Al trabajar con llama abierta, es un método más peligroso que los
anteriores porque no solo pone en riesgo a la persona, sino también al ambiente
en que se trabaja. Pero siendo cuidadoso se puede utilizar. Obviamente sería
más seguro trabajar al aire libre, pero a veces el viento complica el trabajo.
Pero es un método muy eficaz en zonas de
difícil acceso. Como molduras, pliegues, esquinas, etc. Si en este momento
estás preguntándome ¿y de dónde saco un
soplete?, tenés que saber que los hay pequeños, económicos y hasta con
encendido electrónico, que evitan el uso de fósforos. Si no me crees preguntale
a alguna tía que se dedique a la pastelería. En una de esas te lo presta, y sólo
tendrías que comprar los cartuchos de gas butano. Obviamente estos sopletes son
para usar en trabajos chicos. Pero pueden ser muy útiles en zonas que se
resistieron a los otros métodos. Hay sopletes más grandes.
Arenado
Es un método que utiliza un corriente de aire
a presión y arena para quitar pinturas viejas. Es el método más eficaz, y el que
menos esfuerzo requiere. Deja las piezas metálicas limpias de restos de pintura
y óxido. Listas para pintar. Pero tiene el inconveniente de que es necesario
llevar las piezas a un taller donde realicen ese tipo de trabajo. Entonces puede servir
para hojas de ventana, hojas de puerta, pero no para sus marcos. Hay equipos
móviles pero son costosos, y son más aptos para trabajos de cierta importancia.
Combinación de métodos
Obviamente no voy a creer que puedas conseguir
todos los elementos y herramientas que te fui nombrando. Pero, tal vez,
consigas algunos de ellos y puedas usarlos en forma combinada. Usar cada método
para lo que te resulte más útil. Por ejemplo, si empezás con pistola de calor,
y llegas a alguna capa rebelde, podés continuar con el removedor, y si todavía
queda algo, podés quemarlo con el soplete de la tía, y terminar lijando. O empezar
con el removedor y lo que quede terminar de sacarlo con la amoladora, con el disco
de fibra. Las posibilidades son muchas y suele ser práctico usar más de una de
ellas.
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