Mi horno no enciende, problemas de termocupla

Cambiar termocupla en artefactos a gas

amig@s:

Una falla común en artefactos alimentados a gas (cocinas, hornos, estufas, termotanques, etc.) se presenta cuando, al soltar el botón de encendido que debíamos mantener presionado por unos segundos, éste no enciende, la llama se apaga. Lo mantenemos apretado y hay llama, lo soltamos y la llama se apaga.

¿Por qué pasa esto?

Está fallando el sistema de seguridad que tiene el artefacto para que, ante un apagado accidental de la llama (por una corriente de aire, por ejemplo), el gas deje de salir por el quemador. No enciende, y así evita el riesgo, tanto de intoxicación como de posible explosión, que se presentaría.

Es la falla más común, y suele presentarse después de un cierto tiempo de uso del artefacto (hablamos de años, normalmente); y es un problema que podés solucionar, si tenés algunas herramientas y ganas de intentarlo.

¿Qué está fallando?

En la gran mayoría de los casos está fallando la termocupla. Es la pieza principal  del sistema de seguridad. Como una parte de ella está expuesta al fuego casi en todo momento, con el tiempo se va “quemando”, hasta que finalmente deja de funcionar. Y cuando deja de funcionar, para evitar males mayores, deja al sistema en la posición de “cerrado”, sin gas. Por eso tu horno no enciende. Ver fig. 1.

Figura 1

¿Cómo se repara el problema?

La solución es cambiar esa termocupla dañada por una nueva. No es posible repararla. Para eso vas a tener que acceder a ella, desmontarla, y llevarla a una casa que venda repuestos para gas para comprar una nueva. No todas las termocuplas son iguales, por lo que hay que conseguir la misma, o una que se parezca bastante. Se podría colocar un que fuera un poco más larga, por ejemplo. Eso no afectaría su funcionamiento.

Procedimiento

En todos los artefactos se llega a la termocupla sin desarmar demasiado el aparato. Pero cada uno tiene sus propias características. En una cocina, generalmente, se levanta la tapa donde están los quemadores. En una estufa, normalmente, hay que retirar el frente del gabinete. En los termo-tanques suele haber que trabajar retirando la tapa, o puerta, que cubre la zona del quemador.

Vas a identificar a la termocupla como un fino caño de cobre  (mucho más fino que otros caños que puedas encontrar), que va fijado, por una punta, mediante una “tuerca”, a un robinete (o, sea, la válvula sobre la que actúa la perilla con la que regulás la llama de los quemadores de los diferentes artefactos); y por la otra punta, y mediante un tornillo o mediante dos tuercas, fijado en una posición tal que, cuando esté encendido el artefacto, la llama-piloto y el quemador lo estén calentando constantemente. Ver fig. 2.

Figura 2

Entonces, para reemplazar la termocupla, tendrás que:

• ·         Desarmar, o abrir, alguna parte del gabinete para poder llegar a la parte interna del robinete, o válvula,  que regula la llama.
• ·         Soltar la termocupla, usando una llave de tuercas, uno de los extremos, aquel que está “enrroscado” en el robinete. Hay algunos modelos, los menos, en los que la termocupla está metida a presión, “enchufada” en un asiento en el robinete.
• ·         Soltar la otra punta usando un destornillador en algunos casos, o un llave de tuercas en otros. Dependerá de cómo encuentres que está fijada. No te preocupes. Siempre es un asunto sencillo. Nota: una llave francesa es un poco grande para estos trabajos, conviene conseguir algunas llaves fijas.
• ·         Retirarla, prestando atención a la manera en que estaba colocada para volver a instalarla de la misma manera. En general hay que evitar doblar las termocuplas en ángulos muy cerrados. Son preferibles curvas suaves.
• ·         Llevarla a una casa que venda esos repuestos y comprar una similar. El vendedor es un buen asesor; si no tiene una exactamente igual te va a dar una termocupla que la reemplace bien. Dijimos que alguna diferencia en el largo no importa.
• ·         Volver a colocar la termocupla en su posición, de la misma manera. Por un lado “enrroscarla” al robinete y la otra punta fijarla mediante tornillos o tuercas, según el caso, prestando especial atención a la posición de la punta, que tendrá que quedar de tal manera que la llama del piloto y la del quemador la calienten adecuadamente. Ver figura 3. En el caso de que sobrara algo, en el largo, es conveniente acomodarlo en forma de "rulo".
• ·         Volver a  armar, o cerrar, el gabinete. Verificar si enciende.

Figura 3

Nota final:

Pudiera haber pasado, si estamos frente a un artefacto que no enciende y que sospechamos que pudo haber sido intervenido por alguien (alguien “metió mano”), que, accidentalmente, la punta de la termocupla se haya alejado de la zona de las llamas del piloto y/o del quemador. Esto podría ocurrir, por ejemplo, en el caso de un horno, donde la punta de la termocupla no está muy “escondida”, y donde un trabajo de limpieza profunda podría haber llegado a alterar su posición. En ese caso todo lo que dijimos anteriormente no vale, y sólo es necesario corregir la posición, tal como se indica en la figura 3. No es algo muy común pero conviene mirarlo antes de empezar a desarmar. 
Si no enciende, también podría suceder que la tuerca que sostiene a la termocupla en el robinete se hubiera aflojado. A veces pasa. En ese caso sólo hay que ajustarla un poco. Sin exagerar. Que quede firme, pero sin apretar demasiado porque se podría romper.